Geografía

Orografía

Chile se ubica a lo largo de una zona altamente sísmica debido a la subducción de las placas de Nazca y Antártica en la placa Sudamericana.​ Es considerado el segundo país sísmicamente más activo del mundo, tras Japón, y el cuarto más expuesto a sufrir daños mayores por catástrofes naturales.​​ Incluido en el cinturón de fuego del Pacífico, Chile tiene la segunda mayor y activa cadena volcánica del planeta tras Indonesia.​ A lo largo del territorio chileno continental, existen por lo menos dos mil volcanes;​​​ de ellos, se consideran «geológicamente activos» quinientos.​

A fines del Paleozoico, hace 251 millones de años, Chile pertenecía al bloque continental denominado Gondwana. Era una depresión marina con sedimentos acumulados que comenzó a levantarse a fines del Mesozoico, hace 65 millones de años, debido al choque entre las placas de Nazca y Sudamericana, originando la cordillera de los Andes. El territorio sería modelado por millones de años más debido al plegamiento de las rocas, configurando el actual relieve.

El relieve chileno está integrado por la depresión intermedia, que cruza longitudinalmente el país, flanqueada por dos sistemas montañosos que componen cerca del 80 % del territorio:​ la cordillera de los Andes al este —frontera natural con Bolivia y Argentina, con su punto más alto​ situado en el Nevado Ojos del Salado, a 6891,3 msnm,​ el volcán más alto del mundo​​​ y la segunda cima de los hemisferios sur y occidental,​ en la Región de Atacama— y la cordillera de la Costa al oeste —de menor altura con respecto a la de los Andes, con su punto más alto situado en el cerro Vicuña Mackenna, a 3114 msnm, ubicado en la sierra Vicuña Mackenna, al sur de Antofagasta—. Entre la cordillera de la Costa y el Pacífico se encuentra una serie de planicies litorales, de extensión variable, que permiten el asentamiento de localidades costeras y grandes puertos. Algunas zonas del país abarcan territorios llanos al oriente de los Andes, como las estepas patagónicas y magallánicas, o son mesetas de altura rodeadas por elevados cordones montañosos, como el altiplano o Puna de Atacama.

El Norte Grande es la zona comprendida entre el límite septentrional del país y el paralelo 26° S, abarcando las tres primeras regiones del país. Se caracteriza por la presencia del desierto de Atacama, el de mayor aridez en el planeta.​​​​​ El desierto se ve fragmentado por quebradas que originan la zona conocida como la pampa del Tamarugal. La cordillera de la Costa es maciza y cae abruptamente formando el farellón costero que reemplaza a las planicies litorales, prácticamente ausentes. La cordillera de los Andes, dividida en dos y cuyo brazo oriental recorre Bolivia, tiene una altura elevada y de importante actividad volcánica, la que ha permitido la formación del altiplano andino y de estructuras salinas como el salar de Atacama, debido a la acumulación de sedimentos durante siglos.

Al sur se encuentra el Norte Chico, que se extiende hasta el río Aconcagua. Los Andes comienzan a disminuir su altitud hacia el sur y a acercarse a la costa. A la altura de Illapel se encuentra la zona más angosta del territorio continental chileno, alcanzando los 90 km de distancia.​ Los dos sistemas montañosos se entrecruzan, eliminando prácticamente la depresión intermedia. La existencia de ríos que atraviesan el territorio permite la formación de valles transversales, donde se ha desarrollado fuertemente la agricultura en el último tiempo, mientras que las planicies litorales comienzan a ampliarse.

La zona Central es la región más habitada del país. Las planicies litorales son amplias y permiten el establecimiento de ciudades y puertos junto al Pacífico, mientras que la cordillera de la Costa desciende su altura. La cordillera de los Andes mantiene alturas superiores a los 6000 msnm, pero comienza lentamente a descender acercándose a los 4000 msnm en promedio. La depresión intermedia reaparece convirtiéndose en un fértil valle que permite el desarrollo agrícola y el asentamiento humano, debido a la acumulación de sedimentos. Hacia el sur, la cordillera de la Costa reaparece en la cordillera de Nahuelbuta, mientras los sedimentos glaciales originan una serie de lagos en la zona de La Frontera.

La Patagonia se extiende desde el seno de Reloncaví, a la altura del paralelo 41° S, hacia el sur. Durante la última glaciación, esta zona estuvo cubierta por hielos que erosionaron fuertemente las estructuras del relieve chileno. Como resultado de esto, la depresión intermedia se hunde en el mar, mientras la cordillera de la Costa origina una serie de archipiélagos, como el de Chiloé y el de los Chonos, hasta desaparecer en la península de Taitao, en el paralelo 47° S. La cordillera de los Andes pierde altura y la erosión producida por la acción de los glaciares ha originado fiordos. Al oriente de la cordillera —en el continente— o al norte de la misma —en la isla Grande de Tierra del Fuego—, se localizan pampas relativamente llanas, las que en la zona del estrecho de Magallanes cubren grandes extensiones.

Como previamente lo había hecho la cordillera de la Costa, la cordillera de los Andes comienza a desmembrarse en el océano originando un sinfín de islas e islotes hasta desaparecer en él, hundiéndose y reapareciendo en el arco de las Antillas Australes y luego en la península Antártica, donde se la denomina Antartandes, en el Territorio Chileno Antártico, que se extiende entre los meridianos 53° O y 90° O.​

En el medio del océano Pacífico, el país ejerce soberanía sobre varias islas de origen volcánico, conocidas en conjunto como Chile insular. De ellas, se destacan el archipiélago de Juan Fernández y la isla de Pascua, la que se encuentra en la zona de fractura entre la placa de Nazca y la placa Pacífica, conocida como dorsal del Pacífico Oriental.

Hidrografía

Debido a las características del territorio, Chile está generalmente cruzado por diversos ríos de corta longitud, torrentosos y de escaso caudal,​ que discurren comúnmente desde la cordillera de los Andes hacia el océano Pacífico en sentido este-oeste.

A causa del desierto, en la zona del Norte Grande solo existen cortas quebradas de carácter endorreico y el río Loa, el más largo del país con 440 km.​ En la zona del altiplano, se encuentran las zonas de los bofedales que originan el lago Chungará, ubicado a 4500 msnm, y los ríos Lauca, compartido con Bolivia, y Lluta.

A partir del Norte Chico, se inicia la zona exorreica, pues aumenta el número de ríos que forman valles de importancia agrícola, destacándose el Elqui con 75 km​ de longitud, el Aconcagua con 142 km, el Maipo con 250 km​ y su afluente, el Mapocho con 110 km, y el Maule con 240 km. Sus caudales proceden principalmente de los deshielos cordilleranos en el verano y de las lluvias durante el invierno. Los lagos de importancia de esta zona son el artificial Rapel, el Colbún, y las lagunas del Maule y de La Laja.

Hacia el sur, el río Biobío fluye a lo largo de 380 km, recorriendo un centenar de poblados junto a sus múltiples afluentes y alimentando importantes centrales hidroeléctricas que abastecen a gran parte de la población del país. Otros ríos de importancia son el Imperial-Cautín, con 230 km de longitud,​ y el Toltén, con 231 km, donde desagua el lago Villarrica, el primero de los diversos lagos cordilleranos que existen en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos. También son importantes el sistema de los Siete Lagos, el Ranco, el Puyehue, el Rupanco, el Todos los Santos y el Llanquihue, el segundo mayor lago del país con 860 km².

En la zona patagónica, los ríos son de menor envergadura pero de un fuerte caudal, como el Yelcho-Futaleufú, el Palena, con 240 km​ de longitud, el Baker, el más caudaloso del país, con 370 km,​ y el Pascua, con 62 km.​ Salvo el lago Presidente Ríos y la laguna de San Rafael, los lagos se encuentran junto al límite internacional, por lo que son compartidos con Argentina el General Carrera, el mayor del país con 978,12 km² en territorio chileno;​ el Cochrane, el Dickson, el O'Higgins, el más profundo de América y el quinto del mundo con 836 metros;​ el Palena y el Fagnano, en la Isla Grande de Tierra del Fuego.

En los Andes patagónicos existen grandes masas de hielo conocidas como campos de hielo que ostentan récords en el hemisferio sur solo superados por el continente antártico: las mayores reservas de agua dulce​ y el más largo glaciar, el Pío XI (o Brüggen),​ uno de los tantos de la región.

A lo largo del país existen trece humedales de importancia internacional, reconocidos como sitios Ramsar, con una superficie protegida total de 361 761 hectáreas.​

Climatología

La amplitud latitudinal de Chile —que cubre más de 39 grados—, su relieve y la influencia del océano son los principales factores que explican la variedad climática del país.​ Mientras la cordillera de los Andes regula el paso de masas de aire —impidiendo el acceso de vientos desde las pampas argentinas hacia el territorio chileno y la influencia marítima hacia la vertiente oriental—, la fría corriente de Humboldt produce un descenso de las temperaturas a lo largo de la costa —el aumento en su temperatura debido a El Niño genera en cambio fuertes lluvias e inundaciones en Chile—.​​

En la zona del Norte Grande existe un clima desértico, con escasas precipitaciones. Las temperaturas tienen leves variaciones a lo largo del año, manteniéndose en promedio en torno a los 20 °C. En las zonas costeras se presenta abundante nubosidad conocida como «camanchaca», mientras que en las zonas interiores la oscilación térmica es alta con nula humedad y ausencia de nubes, lo que ha permitido la instalación de grandes observatorios astronómicos.​​ En la zona del altiplano, las temperaturas descienden debido al efecto de la altitud creando un clima estepárico frío caracterizado por lluvias en verano, conocidas como invierno altiplánico. En la zona del Norte Chico, existe un clima estepárico cálido o semiárido que sirve como transición a climas más fríos hacia el sur. Las precipitaciones son irregulares y se concentran en invierno.​

Desde el valle del Aconcagua al río Biobío, el clima mediterráneo domina toda la zona Central, salvo las altas cimas de la cordillera de los Andes, de clima frío por efecto de la altura. Las cuatro estaciones están claramente marcadas, con un verano seco y cálido y un invierno lluvioso y frío. La zona costera presenta temperaturas reguladas por el efecto marítimo, entre tanto las zonas interiores presentan una alta oscilación térmica pues la cordillera de la Costa actúa como biombo climático. En Santiago, las temperaturas promedian los 20 °C en verano (enero), con extremas de hasta 36 °C, y los 8 °C en invierno (junio), con extremas de hasta -8 °C en algunos sectores.​

Las lluvias aumentan en la zona Sur, que presenta un clima marítimo lluvioso entre La Araucanía y la costa de Aysén. En la zona Austral se desarrolla un clima estepárico frío, caracterizado por una gran amplitud térmica, bajas temperaturas y una disminución de la pluviosidad que se presenta en invierno, generalmente en forma de nieve. A su vez, en el Territorio Chileno Antártico, predomina el clima polar.​

En Chile insular, el clima es fuertemente afectado por el efecto enfriador del océano. La isla de Pascua presenta un clima subtropical, con una media de 1138 mm anuales de precipitaciones distribuidas durante el año.

Flora y fauna

El clima y el relieve de Chile condicionan tanto el desarrollo de la vida como la formación de distintos ecosistemas en el país. A lo largo de la cordillera de los Andes, la especie insigne es el cóndor andino, presente en el escudo de Chile, declarado monumento natural en 2006.​

El Norte Grande es una zona xerófila, caracterizada por su escasa vegetación debido a la extrema aridez del desierto de Atacama y la ausencia de precipitaciones. Árboles como el algarrobo, el chañar, el pimiento y el tamarugo, junto con diversas especies de cactus, son las especies vegetales adaptadas a las duras condiciones climáticas; en las zonas altiplánicas, la vegetación aumenta, destacando la queñoa y la yareta. Junto con otras especies de menor tamaño —como chinchillas, declaradas monumentos naturales en 2006,​ y vizcachas—, los auquénidos son los principales animales que habitan la zona; asimismo, en las lagunas altiplánicas habitan tres especies de flamencos.

En la zona del Norte Chico predomina la vegetación esclerófila, con especies adaptadas a largos periodos de sequía y calor. Cuando se produce un periodo extraordinario de precipitaciones ocurre el evento conocido como «desierto florido», fenómeno único en el planeta,​ en que las tierras áridas se ven pobladas de diversas especies de flores, como la añañuca. Entre el sur de la Región de Atacama y la Región de Coquimbo se origina un lento proceso de transición hacia una vegetación más abundante. En esta zona aparecen especies propias del clima mediterráneo, como el boldo, el espino y el quillay, mientras que en las zonas costeras de Talinay y Fray Jorge existen bosques residuales del tipo valdiviano.

En la zona Central se extiende la región conocida como bosque esclerófilo, formación vegetal degradada por la expansión de los grandes núcleos urbanos, la fabricación de carbón, la utilización del suelo para la agricultura y los incendios. Algunas especies características de la vegetación de esta zona son el arrayán, el boldo, el espino, el litre, el maitén, el matico, la palma chilena, el quillay y el roble, entre otros. El coipo, el degú, el zorro culpeo, la bandurria, la diuca, el loro tricahue, el treile y el zorzal son algunas de las especies nativas de la fauna de la zona.

En la zona Sur la vegetación se vuelve más tupida y se presenta el llamado bosque valdiviano. Algunas especies vegetales características son el copihue, flor nacional desde 1977,​ la murtilla, diversos helechos y árboles como el alerce y la araucaria —aunque amenazados de extinción,​​ están protegidos tras ser declarados monumentos naturales en los años 1970—,​​ el avellano, el laurel, la luma, varias especies de mañíos, la tepa y el tineo. Uno de los mayores problemas ambientales de esta zona es la sustitución de extensiones de bosque nativo por plantaciones de eucalipto y pino. El puma es el principal carnívoro de la zona y habita en casi todo el país, salvo donde ha sido erradicado por la presencia humana. Otras especies animales características son cisnes, el colocolo, el monito del monte y el pudú.

En la zona Austral existen grandes extensiones de bosque siempreverde, similar al valdiviano aunque con menos especies arbóreas, destacando por su importancia económica el ciprés de las Guaitecas, prácticamente arrasado en su mayor parte. Hacia el interior, se desarrollan bosques caducifolios, en los que predomina la lenga y, más al oriente, grandes formaciones estepáreas de pastos duros. En el extremo meridional de esta zona, la vegetación se reduce a algunos árboles achaparrados, tales como el canelo, el coigüe de Magallanes y el ñirre, así como diversas especies arbustivas y herbáceas, líquenes y musgos. En la zona de la estepa, se desarrolló una ganadería extensiva de ovinos que tuvo en la estancia su mayor expresión cultural y social. Aquí habitan guanacos, ñandúes, piches, peludos, pumas y zorros, entre otros. Presente en el escudo de Chile y declarado monumento natural en 2006,​ el huemul, que habitó antiguamente gran parte del país, solo sobrevive en áreas de difícil acceso en esta zona.

En 2005 Chile poseía una superficie forestal de 16 121 ha.​ Dada la variedad de biomas presentes en Chile, desde el desierto de Atacama hasta Tierra del Fuego, existe una gran diversidad de hongos; se cultivan para el consumo interno —comestible y medicinal— y también se exportan especies silvestres.​

En Chile insular, la fauna y flora son únicas en el planeta. Mientras que en la isla de Pascua el característico árbol del toromiro es una especie extinta en estado silvestre,​ en el archipiélago de Juan Fernández existen más de 200 especies vegetales únicas —como la palmera chonta— y algunas especies animales endémicas —como el lobo marino de dos pelos y el picaflor de Juan Fernández, declarado monumento natural en 2006—.​

El Territorio Chileno Antártico se encuentra en su mayor parte cubierto de hielos permanentes, por lo que su diversidad vegetal se reduce a algunas especies de líquenes y musgos; sin embargo, la fauna alcanza en las costas una riqueza y valor excepcionales.​

A lo largo de la costa chilena, habitan el lobo de mar y una variedad de aves —albatros, cormoranes, gaviotas y pelícanos—. Existen diez especies de pingüinos, como el de Humboldt y el de Magallanes, y un importante número de cetáceos, como delfines en Coquimbo y ballenas en Magallanes, declarados monumentos naturales en 2008,​ convirtiendo la zona económica exclusiva o «mar patrimonial» en una «zona Libre de Caza de Cetáceos» desde entonces.​​ En el océano existen diversas especies de mariscos —almeja, choro, loco, ostión y ostra, entre otros— y peces —anchoveta, cojinoba, congrio, jurel chileno, lenguado y merluza— que convierten a Chile en uno de los países con mayor variedad de fauna marina del mundo. Introducidos en el país, la carpa,​ el salmón y la trucha son las principales especies de peces en los ríos chilenos.

Source: https://es.wikipedia.org/wiki/Chile