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Economía
Japón es la tercera economía más grande del mundo, después de los Estados Unidos y China, en torno a 4,5 billones de dólares en términos de PIB nominal y la tercera después de los Estados Unidos y China en términos del poder adquisitivo. Su PIB por hora trabajada es el 18º más alto del mundo desde 2006.
Banca, seguros, bienes raíces, venta al por menor, el transporte y las telecomunicaciones son las principales industrias. Tiene una gran capacidad industrial y es el hogar de algunos de los mayores, mejores y más avanzados tecnológicamente productores de vehículos de motor, equipos electrónicos, máquinas herramientas, acero y metales no-ferrosos, barcos, productos químicos, textiles y alimentos procesados. La construcción ha sido durante mucho tiempo una de las más grandes industrias, con la ayuda de contratos públicos en el sector civil por miles de millones de dólares. Ha elevado la libertad económica, la cooperación entre gobierno e industria, el énfasis en la ciencia y la tecnología, y una fuerte ética de trabajo han contribuido al crecimiento económico. Características notables de la economía de este país, incluyen una fuerte unidad entre productores, manufactureros y distribuidores, reunidos en grupos conocidos como keiretsu y la relativamente baja competencia internacional en los mercados internos. Existen varias modalidades laborales, tales como la garantía de empleo vitalicio en las grandes corporaciones.
Recientemente, algunos encargados de formular las políticas han alentado la reforma y las empresas japonesas han empezado a abandonar algunas de esas normas en un intento de aumentar la rentabilidad. La presión fiscal es menor que en cualquier gran país occidental, siendo del 26,4 % del PIB a partir de 2007. Solo una minoría de empleados japoneses paga cualquier impuesto sobre la renta, el impuesto al valor agregado es de solo 5 %, mientras que las tasas de impuestos a las empresas son altos.
Algunas de las compañías más grandes del país incluyen a Nintendo, Nissan Motors, Toyota Motor, NTT DoCoMo, Canon, Honda, Takeda Pharmaceutical Company, Sony, Suzuki, Panasonic, Toshiba, Nippon Steel, Nippon Oil, Tepco, Mitsubishi Estate, y Seven & I Holding. Es el hogar de algunas de las entidades bancarias más grandes del mundo por activos bancarios. La Bolsa de Valores de Tokio con una capitalización de mercado de más de 549,7 billones de yenes en diciembre del 2006 se erige como la segunda más grande del mundo.
Desde el decenio de 1960 hasta la década de 1980, en términos generales el crecimiento económico real se ha llamado el «milagro japonés»: un 10 % de media en el decenio de 1960, el 5 % de media en el decenio de 1970 y un 4 % promedio en la década de 1980. Este crecimiento se desaceleró notablemente en el decenio de 1990, en gran parte debido a las secuelas del exceso de inversión a finales de los años 1980 y las políticas nacionales destinadas a controlar los excesos especulativos de los mercados inmobiliarios. Los esfuerzos del gobierno para reactivar el crecimiento económico tuvieron poco éxito y fueron obstaculizados en 2000 y 2001 por la desaceleración de la economía mundial. Sin embargo, la economía mostró signos de fuerte recuperación después de 2005. El crecimiento del PIB para ese año fue del 2,8 %, con un cuarto trimestre de expansión a 5,5 %, superando las tasas de crecimiento de los Estados Unidos y la Unión Europea durante el mismo período.
Debido a que solo alrededor del 15 % de la tierra es apta para el cultivo, un sistema de terrazas agrícolas se utiliza para cultivar en áreas pequeñas. Esto ha dado lugar a uno de los más altos niveles de rendimiento de cosechas por unidad de superficie en el mundo, mientras que los subsidios agrícolas y la protección son costosos. Importa alrededor del 50 % de sus necesidades de cereales y otros cultivos, y cubre con importaciones la mayor parte de su oferta de carne. En la pesca comercial de peces, se sitúa en segundo lugar en el mundo detrás de China en el tonelaje de pescado capturado. Mantiene una de las flotas pesqueras más grande del mundo, y representa casi el 15 % de las capturas mundiales.
El transporte está muy desarrollado. A partir de 2004, hay 1 177 278 km de carreteras pavimentadas, 173 aeropuertos, y 23 577 km de ferrocarriles. Los puertos más importantes incluyen el puerto de Yokohama y el puerto de Nagoya. La mayoría de la energía se produce a partir de petróleo, gas natural y carbón. La energía nuclear en Japón producía hasta hace pocos años un tercio de la electricidad, pero tras el accidente nuclear de Fukushima en 2011 se paralizaron la mayoría de las centrales nucleares del país. Desde entonces, Japón ha dado un giro a su política energética, promocionando otras fuentes de energía renovable, como la energía solar fotovoltaica que se ha incrementado en gran medida.
Los principales socios de las exportaciones son los Estados Unidos 22,8 %, la Unión Europea el 14,5 %, China 14,3 %, Corea del Sur 7,8 %, Taiwán 6,8 % y Hong Kong 5,6 % (datos de 2006). Las principales exportaciones japonesas son equipos de transporte, los vehículos de motor, electrónica, maquinaria eléctrica y productos químicos. Con muy limitados recursos naturales para sostener el desarrollo económico, Japón depende de otras naciones para el suministro de la mayor parte de sus materias primas. Sus principales socios para las importaciones son China 20,5 %, los Estados Unidos 12,0 %, la Unión Europea el 10,3 %, Arabia Saudita 6,4 %, Emiratos Árabes Unidos 5,5 %, 4,8 % Australia, Corea del Sur 4,7 % e Indonesia 4,2 % (datos de 2006). Las principales importaciones realizadas son maquinaria y equipo, combustibles fósiles, productos alimenticios (en particular el sector de la carne), productos químicos, textiles y materias primas para sus industrias. En general, los más grandes socios comerciales del Japón son China y los Estados Unidos.
Japón en el contexto internacional
Tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, Japón entró en un período de crecimiento económico constante que le permitió, durante cuatro décadas consecutivas, escalar puestos a nivel internacional hasta consolidarse como la segunda potencia del planeta en términos de PIB, solo por detrás de Estados Unidos. Si bien este crecimiento se volvió más moderado con la llegada del siglo XXI, Japón sigue representando hoy en día una anomalía socio-económica en la región asiática, en la que mantiene un claro liderazgo a nivel económico (renta per cápita), social y cultural. Internacionalmente, de Japón cabe destacar su madurez demográfica: una altísima densidad de población que, sin embargo, se nutre con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo: tan solo un único hijo por mujer, ocupando el puesto n.º 163 del mundo en el ranking de países con mayor índice de natalidad. Datos del Banco Mundial revelan la orientación tecnológica del país: Japón ocupa los últimos puestos en terrenos dedicados al sector primario, y sin embargo ocupa los primeros puestos en la penetración de Internet. Como consecuencia, según el Foro Económico Mundial, Japón es el sexto país del mundo en el Índice de Competitividad Global. En la siguiente tabla se puede analizar el contexto socio-económico de Japón a partir de datos del Banco Mundial, Eurostat y el Foro Económico Mundial: