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Cultura / Religión

A lo largo de los siglos, la cultura de Escocia se ha moldeado con la amalgama de distintos elementos. Existe una importante actividad artística, tanto musical como dramática y literaria, influida poderosamente por fuentes tradicionales escocesas, aunque también abierta a influencias externas, en especial europeas. La música ocupa un importante lugar en la cultura escocesa. El instrumento tradicional escocés más destacable es la gaita, en particular la gaita de las Highlands, un instrumento de viento consistente en uno o más tubos sonoros alimentados por una reserva de aire contenida en una bolsa. El Clàrsach o arpa celta, los violines y el acordeón también son instrumentos tradicionales escoceses, especialmente los dos últimos, que forman parte de una típica banda para danzas tradicionales escocesas. Los emigrantes escoceses llevaron consigo muchas de estas formas tradicionales de música, que influyeron en sus países de acogida, por ejemplo en la música country estadounidense.​ En el panorama musical moderno, existen muchas bandas y artistas originarios de Escocia, tales como Annie Lennox, Belle & Sebastian, Primal Scream, Travis, Biffy Clyro, Franz Ferdinand o Snow Patrol.​

La televisión nacional es BBC Scotland (BBC Alba en gaélico), que forma parte de la British Broadcasting Corporation, el canal público del Reino Unido. Además de dos canales de televisión, la BBC también posee canales nacionales de radio: BBC Radio Scotland y BBC Radio nan Gaidheal, entre otros. Las principales televisoras privadas en Escocia son la STV y Border Television. También existen periódicos específicos del ámbito escocés, como el Daily Record, el The Herald (publicado en Glasgow) o el The Scotsman.​ Entre los periódicos de difusión local o regional destacan el The Courier, publicado para Dundee y el este de Escocia, y el Press and Journal, para Aberdeen y el norte.​

La prenda tradicional escocesa es el kilt, la mal llamada "falda escocesa" —término que ofende a los escoceses—. El kilt suele estar hecho de lana, con un diseño de tartán que —según suele decirse— se asocia a un determinado clan escocés.​ Cada escocés recibe un kilt a muy temprana edad, y lo utilizará en ocasiones especiales, como bodas, bautizos, comuniones... El kilt se enrolla alrededor de la cintura, y cubre la parte inferior hasta la altura de las rodillas; además, dado que no tiene bolsillos, puede complementarse con un bolso especial denominado sporran. En contra de la creencia popular de que bajo el kilt no debe vestirse ropa interior, lo cierto es que no hay ninguna norma establecida al respecto.

Lengua y Literatura

Las lenguas habladas en la actualidad o en el pasado en Escocia se dividen en dos familias: lenguas celtas y lenguas germánicas. La única lengua celta que todavía se conserva en Escocia es el gaélico escocés, hablado en algunas zonas de las Highlands y en las Islas Hébridas (zonas conocidas como Gàidhealtachd), pero que anteriormente se hablaba en zonas mucho más amplias, como atestigua la toponimia. Una variante del gaélico se hablaba también en la zona suroeste de Escocia, alrededor de Galloway, y también en Annandale y Strathnith, pero ha desaparecido. Ambas lenguas provienen del gaélico antiguo, descendiente a su vez del gaélico primitivo. Según el censo de Escocia de 2001, aproximadamente un 1% de la población total son hablantes de gaélico escocés.​

Además, en la Escocia actual se hablan dos lenguas germánicas: el escocés y el inglés de Escocia. El escocés (en inglés, Scots o Lowland Scots) se habla en el sur de Escocia, en la zona conocida como Tierras Bajas. Proviene de una variante septentrional del denominado inglés medio conocida como "escocés antiguo". Según el censo de 2001, aproximadamente un 30 % de la población se consideraba hablante fluido de scots.​ El inglés de Escocia, por su parte, es el dialecto estándar del idioma inglés hablado en Escocia. En él pueden encontrarse influencias del escocés y del gaélico escocés. La variante más septentrional constituye un dialecto diferenciado, el inglés de las Highlands, más influido aún por el gaélico escocés.

La literatura escocesa incluye los textos escritos en Escocia, en inglés, gaélico escocés, escocés, francés o latín. El considerado "poeta nacional", Robert Burns, escribió tanto en escocés como en inglés, aunque gran parte de su obra está escrita en una versión simplificada del escocés accesible para un público más amplio. Otros escritores escoceses de renombre internacional son Sir Walter Scott y Arthur Conan Doyle, cuyas obras tuvieron una repercusión internacional a finales del siglo XIX.​ James Matthew Barrie, autor de Peter Pan, fue el creador del movimiento conocido como "escuela de Kailyard", también a finales del siglo XIX, que volvió a poner de moda la fantasía y el folclore en la literatura.​ Esta tradición literaria ha sido considerada por algunos críticos como un freno a la evolución de la literatura escocesa, ya que se centraba en una imagen pastoril e idílica de Escocia.​ Algunos novelistas modernos, como Irvine Welsh (autor de Trainspotting), han optado por reflejar las realidades más crudas de la vida contemporánea en las ciudades escocesas, utilizando para ello el inglés de Escocia.​

Religión

Desde la Reforma Protestante de Escocia en 1560, la Iglesia de Escocia, también conocida como The Kirk, se convirtió en la iglesia nacional de Escocia. Es una Iglesia protestante y calvinista con un sistema de organización presbiteriano, y disfruta de independencia del Estado. Alrededor del 12 % de los habitantes de Escocia eran miembros de la Iglesia de Escocia en 2005, mientras que en 2001 un 40 % se declaraba afiliada a ella. La Iglesia opera con una estructura de parroquias locales, de forma que cada comunidad escocesa tiene su propia congregación. Escocia también tiene una importante población católica, en especial en el oeste. Tras la Reforma Protestante, el catolicismo sobrevivió en la zona de las Highlands y en algunas islas como Uist y Barra, y se fortaleció durante el siglo XIX gracias la inmigración de Irlanda. Otras denominaciones religiosas cristianas en Escocia incluyen la Iglesia Libre de Escocia y la Iglesia episcopaliana de Escocia.

El Islam es la religión no cristiana más importante de Escocia, con aproximadamente 50 000 fieles (menos de un 1 % del total).​ También hay congregaciones del judaísmo, hinduismo y sijismo, especialmente en Glasgow.​ El monasterio de Kagyu Samyé Ling, cerca de Eskdalemuir, inaugurado en 1967, contiene el mayor templo budista de Europa Occidental.​ En el censo de 2001, el 28% de la población decía no profesar ninguna religión.

Educación

El sistema educativo escocés siempre ha sido distinto al del resto del Reino Unido, con un énfasis característico en la educación general.​ Escocia fue, después de Esparta, el primer lugar en diseñar un sistema de educación pública general.​ La escolarización se volvió obligatoria por primera vez con el Acta de Educación de 1496, y en 1561, la Iglesia de Escocia diseñó un programa para la reforma espiritual, que incluía la creación de una escuela en cada parroquia. La educación siguió siendo un asunto más de la Iglesia que del Estado hasta el Acta de Educación de 1872.​

Los niños de 3 y 4 años tienen derecho en Escocia a guardería gratuita, con un "marco curricular para niños de 3-5 años".​ La educación primaria formal comienza aproximadamente a los 5 años y dura siete (P1-P7); la "guía 5-14" establece el marco curricular correspondiente para esta etapa.​ Hoy en día, los niños escoceses deben realizar un examen a los 15 o 16 años, tras el cual pueden elegir seguir en la escuela y estudiar para los exámenes de Acceso, Intermedios, Superiores o Avanzados. Un pequeño número de estudiantes de escuelas privadas puede seguir el sistema educativo inglés en vez del escocés.​

Hay 14 universidades en Escocia, algunas de las cuales se encuentran entre las más antiguas del mundo.​​ El país produce el 1 % de las publicaciones científicas del mundo con tan solo el 0,1 % de la población, y las instituciones de educación superior son responsables del 9 % de las exportaciones del sector servicios de Escocia.​​

Gastronomía y productos típicos

La gastronomía de Escocia comparte muchas de las características de la cocina inglesa, pero con algunos rasgos y alimentos propios, derivados a veces de su historia y de las influencias foráneas. En general, la cocina escocesa se caracteriza por su simplicidad, empleando los productos naturales autóctonos (lácteos, carne, pescado, frutas y verduras) y renunciando a las especias y hierbas.

Comidas

Algunos de los platos tradicionales escoceses son el Scotch broth o "caldo escocés", hecho con cebada, carne y verduras; el porridge o papilla de avena, o los pasteles de carne, en especial el Scotch pie, relleno de carne de cordero. Algunos de estos platos, como el porridge o los oatcakes (pasteles de avena) pueden tener su origen en el carácter nómada de los escoceses originarios, que llevaban consigo siempre una bolsa de avena para poder comer. También el haggis, considerado el "plato nacional escocés", pudo surgir originalmente al transportar carne en una tripa de cerdo o cordero. El haggis es similar a una morcilla, aunque con carne de cordero o incluso de ciervo, y se come tradicionalmente durante la "Cena de Burns", el 25 de enero.

En los primeros años del siglo XXI, la cocina escocesa ha tenido un cierto "Renacimiento": en 2006, nueve de sus restaurantes tenían alguna estrella de la Guía Michelín, y abundan los restaurantes que combinan los elementos tradicionales con las innovaciones de la cocina contemporánea. Además, todas las principales ciudades escocesas albergan restaurantes de cocina internacional (china, italiana, mexicana, india...).

Bebidas

La bebida internacionalmente más reconocida de Escocia es el whisky, hasta el punto de que en Estados Unidos se lo denomina simplemente Scotch, y en Inglaterra el término "whisky" implica su origen escocés, salvo que se indique lo contrario. El origen del whisky en Escocia parece remontarse al siglo IV o V, cuando los monjes del continente trajeron consigo la destilación. Durante siglos la producción de whisky escocés se mantuvo estable, pero su explosión definitiva se produjo en el siglo XIX, cuando se desarrollaron nuevos modos de producción, y aprovechando la plaga de filoxera que asoló los viñedos franceses y españoles en 1880.

También la cerveza es una bebida popular entre los escoceses: las ales de Escocia se caracterizan por su color oscuro y su sabor a malta. Algunas de las marcas de cerveza más conocidas de Escocia son Belhaven, Tennents o Caledonian, aunque existen muchas otras ales de distribución local o regional.

Entre las bebidas no alcohólicas, la más característica de Escocia es Irn-Bru, refresco que compite en popularidad con la Coca-Cola.​

Demografía

La población de Escocia según el censo de 2001 era de 5 062 011 habitantes, que se han elevado a unos 5 347 600 según la estimación del 30 de junio de 2014,​ convirtiendo a Escocia en el 117.º país más poblado si fuera un Estado soberano. La capital, Edimburgo, tiene una población de alrededor de 600 000 habitantes, buena parte de ellos estudiantes. No obstante, la ciudad más poblada de Escocia es Glasgow, ubicada en la costa occidental, con casi 800 000 habitantes y un área metropolitana de alrededor de 2 000 000. Históricamente, Glasgow ha constituido el motor económico de la región, aparte de ser su principal centro académico: su Universidad, fundada a mediados del siglo XV, se encuentra entre las más antiguas del mundo de habla inglesa. El desarrollo social, cultural y económico de Glasgow durante el siglo XIX y principios del XX la llevó a ser considerada «la segunda ciudad del Imperio».

La zona central de Escocia, conocida como Central Belt, alberga la gran mayoría de los pueblos y ciudades principales: Glasgow al oeste, y Edimburgo, Aberdeen y Dundee al este. En cambio, las Highlands están escasamente pobladas, aunque la ciudad de Inverness ha crecido rápidamente en los últimos años. De las muchas islas que conforman el territorio escocés, solo las más grandes y las más accesibles (unas 90) están habitadas. Por su parte, las mesetas meridionales o Southern Uplands son esencialmente rurales y en ellas predomina la agricultura.​​ Debido a los problemas de Glasgow y Edimburgo para albergar a su población, entre 1947 y 1966 se crearon cinco ciudades planificadas: East Kilbride, Glenrothes, Livingston, Cumbernauld e Irvine.​

Debido a la inmigración producida tras la Segunda Guerra Mundial, en Glasgow, Edimburgo y Dundee viven unas significativas comunidades asiáticas.​ Tras la ampliación de la Unión Europea, un creciente número de personas de Europa Oriental y Central se ha instalado en Escocia: entre 40 000 y 50 000 polacos vivían en 2005 en el país.​ En 2001, había unos 16 310 residentes chinos.​

Deporte

El deporte también juega un importante papel en la cultura escocesa, ya que el país alberga sus propios campeonatos nacionales de diversas variedades deportivas, además de tener representación independiente del resto del Reino Unido en eventos como el Mundial de Fútbol, el Mundial de Rugby o los Juegos de la Commonwealth (aunque no en los Juegos Olímpicos, en los que Reino Unido participa como un único equipo). Además, Escocia tiene sus propios organismos deportivos, tales como la Asociación Escocesa de Fútbol (la segunda asociación nacional de fútbol más antigua del mundo) o la Scottish Rugby Union.

El deporte más popular en Escocia es el fútbol. Algunas variedades del fútbol se han practicado en Escocia desde hace varios siglos: la referencia más antigua data de 1424.​ El fútbol asociación es el deporte nacional de Escocia, y de hecho la Copa de Escocia es el trofeo nacional de fútbol más antiguo del mundo.​ Los equipos de fútbol más importantes de Escocia son el Celtic Football Club y el Rangers Football Club, ambos de Glasgow: el Celtic, cuyo estadio es el Celtic Park, se proclamó campeón de la Copa de Europa en 1967, mientras que el Rangers, que juega en el Ibrox Stadium, lo fue de la Recopa de Europa en 1972. Su rivalidad va más allá de lo meramente deportivo, ya que el Celtic de Glasgow es el equipo de los católicos de Escocia, mientras que el Glasgow Rangers lo es de los protestantes.​ Ambos equipos juegan en la Premier League de Escocia, fundada en 1891 y en la que compiten 12 equipos. Ibrox Stadium, el campo del Rangers, y Hampden Park, el estadio donde por lo general juega sus partidos de local la selección escocesa de fútbol, son estadios 5 estrellas según los criterios de la UEFA.

St. Andrews, en el condado de Fife, es internacionalmente conocido como la "cuna del golf" y para muchos golfistas el Old Course de St Andrews, considerado como el campo de golf más antiguo del mundo, es casi un lugar de peregrinación.​ Hay muchos otros campos de golf famosos en Escocia, incluyendo los de Carnoustie, Gleneagles, Muirfield o Royal Troon.

El rugby es también muy popular en Escocia: la Selección de rugby de Escocia (que disputa sus partidos como local en el estadio de Murrayfield) participa en el Torneo de las Seis Naciones desde su fundación, y lo ha ganado en 14 ocasiones.

Otros elementos distintivos del deporte escocés son los Highland Games o "juegos de la montaña", así como algunos deportes celtas, como el curling o el shinty.