Cultura

La cultura de Bolivia se caracteriza por tener una gran diversidad de expresiones como resultado de la variedad de escenarios geográficos que su actual territorio comprende, así como de la diversidad étnica que la caracterizan.

En Bolivia existen alrededor de 40 grupos étnicos, que en muchos casos conservan sus tradiciones, culturas e idiomas.

Bolivia presenta en todas sus variantes culturales una considerable influencia indígena.

La cultura boliviana ha sido definida por su interesante disposición geográfica, la predominante población indígena y el mestizaje de sus tradiciones ancestrales con los elementos culturales europeos que fueron importados durante el periodo de colonialismo español. La amalgamación de todos estos elementos han dado como resultado una cultura rica, variada y sin similares en el resto del mundo.

Patrimonio cultural

El patrimonio cultural de Bolivia está constituido por todos los bienes culturales intangibles y tangibles, tanto muebles como inmuebles, encontrados o producidos en el territorio boliviano, como producto individual o colectivo, que como testimonio de creación humana material o inmaterial artística, científica, arqueológica, urbanística, documental o técnica que sean susceptibles de una declaración de este carácter.

El Estado boliviano reconoce la conformación pluricultural, multiétnica y plurilingüe de la Nación, y consagra los principios de la interculturidad, interinstitucionalidad y participación social como pilares de la conservación integrada del patrimonio cultural de Bolivia.

El Estado tiene como una de sus más altas funciones, la protección con equidad del patrimonio tangible e intangible de todas las culturas que se desarrollan en territorio nacional y que conforman el patrimonio cultural de Bolivia, y promueve el reconocimiento, rescate, recreación, preservación, conservación integrada, acceso y difusión del patrimonio cultural como un derecho de todos los habitantes del país.

Bolivia encierra una enorme riqueza histórica y cultural, que se expresa en una universalmente elogiada importancia turística para los amantes de la naturaleza, la antropología, la arqueología y la paleontología.

Pintura, escultura y arquitectura

Pintura

La pintura boliviana tiene su inicio en el arte rupestre de los pueblos originarios. Actualmente, se registran más de mil sitios con arte rupestre correspondientes a distintos periodos como ser: paleoindio, preincaico, incaico, colonial y republicano.​ Los principales parques arqueológicos de arte rupestre boliviano son: Calacala en Oruro, Samaipata (sitio declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad) en Santa Cruz, Copacabana en La Paz e Incamachay (sitio declarado Monumento Nacional) en Chuquisaca.​

Durante el periodo colonial, los pintores del actual territorio boliviano recibieron la influencia del manierismo de Bernardo Bitti y del arte estilizado carente de realismo de las tradiciones incaica y tiahuanacota, destacándose pintores como Diego Cusihuamán.​

En el siglo XVII, el barroco genera la Escuela de Potosí y la Escuela del Collao.​ En Potosí se tiene una fuerte influencia del manierismo español, destacándose Melchor Pérez de Holguín, el pintor barroco más importante del Virreinato del Perú.​ Por su parte, en el Collao la influencia hispano flamenca logra inspirar a artistas indígenas y mestizos, destacándose el anónimo Maestro de Calamarca​ con sus obras conocidas como Ángeles y Arcángeles de Calamarca.​

La independencia incorporó la pintura influenciada por el neoclasicismo y el academicismo con pintores como Melchor María Mercado​ y Zenón Iturralde.​ En el siglo XX, aparece el arte marcado por el nacionalismo revolucionario y el indigenismo.​ El realismo mágico de Arturo Borda, los retratos indígenas de Cecilio Guzmán de Rojas y el arte revolucionario de Miguel Alandia Pantoja, Walter Solón Romero y Alfredo La Placa son los principales referentes.​ Por su parte, el arte contemporáneo de fines de siglo, introduce temas como el hombre urbano y la crítica social.​ Los pintores contemporáneos más destacados son: Gil Imaná, Lorgio Vaca, Edgar Arandia, Gastón Ugalde, Tito Kuramoto, Carmen Villazón, Sol Mateo, Luis Zilveti y Roberto Mamani Mamani.​

Escultura

La escultura boliviana se remonta al periodo de Tiwanaku con las estelas antropomorfas como el Monolito Bennett o las figuras esculpidas en la Puerta del Sol.​ Más adelante, en el periodo colonial se destaca Tito Yupanqui, autor de la Virgen de Copacabana, quien tuvo una técnica que entroncó la tradición indígena con la escultura española de la época.​ Posteriormente, se destacan esculturas talladas en iglesias de Sucre y Potosí que fueron influenciadas por la Escuela Sevillana y la Escuela Cuzqueña.​

En el periodo republicano, la escultura recibe un impulso con la creación de la Escuela de Bellas Artes de La Paz​ y es así que a comienzos del siglo XX se destacan Emiliano Luján, Hugo Almaráz, Víctor Zapana y principalmente, Marina Núñez del Prado​ quien es considerada una de las más grandes escultoras de América Latina.​ La obra de Núñez del Prado se distingue por el uso de estilizadas curvas (trabajadas en ónix, granito negro, alabastro, etc.), que simbolizan a la mujer, tema que ocupa un lugar central en su arte.​ Más tarde, después de la década de 1960, aparecen nuevos talentos como Ted Carrasco, Carlos Rodríguez y Marcelo Callaú​ que en su mayoría se inspiran en la sociedad boliviana y los mitos andinos.​

Arquitectura

La arquitectura boliviana rescata los edificios de Tiwanaku construidos con grandes bloques de piedra labrada con excelente ensambladura​ y las construcciones incaicas como los palacios de la Isla del Sol y los fuertes militares de Samaipata e Incallajta por ejemplo.​

En la época colonial se destacan los edificios religiosos barroco mestizos del siglo XVIII que combinan elementos mitológicos europeos y nativos.​ La Iglesia de San Lorenzo de Potosí, la Basílica de San Francisco de La Paz y las iglesias de las Misiones Jesuíticas son obras representativas de este periodo.​

Luego de la independencia, surgen nuevos estilos como el neoclásico con la Catedral de Potosí de Manuel Sanahuja; y el academicismo francés con el Palacio de Gobierno de José Núñez del Prado y la Catedral de Santa Cruz de la Sierra de Felipe Bertrés.​ A fines del siglo XIX, se impone el eclecticismo reflejado en obras como el Palacio de la Glorieta de Antonio Camponovo que combina 14 estilos arquitectónicos.​

En el siglo XX surgen estilos como el neotiahuanaco con el Museo Nacional de Arqueología de Arturo Posnasky; y el academismo oficial con el Palacio Legislativo de Camponovo.​ En la utilización de ambos estilos se distingue Emilio Villanueva, quien es considerado el más importante arquitecto boliviano del siglo por obras como la Alcaldía de La Paz (1925), el Banco Central de Bolivia (1926) y el complejo de la Universidad Mayor de San Andrés (1941-1948).​

Folclore y música

En Bolivia existe una infinita variedad de danzas folclóricas que muestran las diversidad de culturas. Muestra viva de esto es el Carnaval de Oruro, "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad" (UNESCO), la Fiesta del Gran Poder y las entradas folclóricas universitarias y religiosas en las principales ciudades del país.

Danzas por departamentos:

  • Beni: Macheteros, Bajones, Achu, Moperas, Danza del Sol y de la Luna, Chovena.
  • Chuquisaca: Pujllay, Cueca de Chuquisaca (Vals), Bailecito, Huayño, Doctorcitos.
  • Cochabamba: Cueca de Cochabamba, Carnaval de Cochabamba.
  • La Paz: Caporales, Kullawada, Llamerada, Cueca de La Paz, Waka Waka, Saya, Incas, Carnaval de La Paz.
  • Oruro: Diablada Boliviana, Morenada, Kallawaya, Suris Sicuris. Antahuara, Awatiris, Suri Sicuri, Wititis, Intillajta, Sampoñaris y Tarqueada.​
  • Pando: Chovena,
  • Potosí: Tinku, Potolos y la Cueca de Potosí.
  • Santa Cruz: Carnaval de Santa Cruz, Chovena, Sarao.
  • Tarija: Rueda Chapaca, Tonada, Cueca de Tarija, en la región del chaco la Chacarera, gato, escondido, triunfo, Chamamé, Chunchus, tobas, bailecito.
  • Tupiza-Sud Chichas: Tonada, Rueda y la Cueca.

Sobresalen también el Ballet Folklórico Nacional fundado en 1975, la Orquesta Sinfónica Nacional fundada en 1945 y el Coro y Orquesta de Urubichá que recoge la herencia musical barroca y renacentista de la Chiquitanía boliviana.

La música se toca durante los festivales y las danzas, contiene fuertes influencias españolas. Los instrumentos musicales más comunes son:

  • Zona Occidental: zampoña, siku, quena, tarka, pinkillo, charango.
  • Zona de los valles (Tarija y Tupiza): erke, caja, camacheña, anata, guitarra.
  • Zona Oriental: guitarra, pinguyo (flauta de taucara), tambor e instrumentos introducidos por las misiones jesuíticas como bombo, violín y arpa.

La Revolución de 1952 fomentó y apoyó el desarrollo de una cultura nacional, principalmente la parte aymara y quechua a través de las capas medias de la sociedad. Se llegó a establecer un Departamento de folclore dentro del Ministerio de Educación.

El despertar de la cultura se reflejó también en la música. En 1965 Edgar "Yayo" Jofré formó un cuarteto llamado Los Jairas en La Paz. Con el ascenso de la música popular Jofré, junto con Alfredo Domínguez, Ernesto Cavour, Julio Godoy y Gilbert Favre modificaron las formas de la música tradicional, fusionándola con ritmos urbanos y europeos. Posteriormente aparecerán grupos como Wara, Khanata, Paja Brava, Savia Andina y sobre todo Los Kjarkas quienes refinarán esta fusión y llevarían la música boliviana a los principales escenarios internacionales.

Entre los cantautores más destacados están: Gladys Moreno, Alfredo Domínguez, Orlando Rojas, Nilo Soruco, Willy Alfaro, Luzmila Carpio, Ulises Hermosa, Yalo Cuéllar, Luis Rico, Pepe Murillo, Emma Junaro, Enriqueta Ulloa, Juan Enrique Jurado y Aldo Peña.

En composición musical descuellan el fallecido Alfredo Domínguez con todas sus obras. Simeón Roncal con su <>, Teófilo Vargas con su obra folclórica <>, Eduardo Cava con sus <<18 Aires Andinos>>, Gilberto Rojas con su taquirari <>, Willy Alfaro Carballo con la «Fiesta de Reyes o Tonada para Remedios», Apolinar Camacho con la composición <> considerado el segundo himno del país, el compositor de guitarra clásica Piraí Vaca.

Los grupos de música nacional más representativos son: Los Kjarkas, Los Andariegos, Palala Ahicito, Los Canarios del Chaco, El Negro Palma, Juan Enrique Jurado, Savia Andina, Grupo Andino, Grupo Femenino Bolivia, Raymi Bolivia, Jacha Mallku, Tupay, Kala Marka, Pasión Andina, Proyección, Amaru, Bonanza, Alaxpacha, Trío Oriental, Dúo Sentimiento, Tola Claudio, Huáscar Aparicio.

En géneros como Rock-Pop y Rock sobresalen a nivel internacional grupos como: Loukass, Octavia, Azul Azul y Atajo.

Literatura

En el periodo colonial se destacaron escritores como Antonio de la Calancha y Vicente Pazos Kanki, mientras que a inicios de la vida republicana sobresale Juan Wallparrimachi. Durante buena parte del siglo XIX, el historiador Gabriel René Moreno es el principal referente de las letras bolivianas.

Las primeras obras literarias bolivianas aparecen a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX con autores como Nataniel Aguirre, Ricardo Jaimes Freyre, Alcides Arguedas, Franz Tamayo, Gregorio Reynolds, Jaime Mendoza y Armando Chirveches. Durante la primera mitad del siglo XX se destacan principalmente Adela Zamudio, Demetrio Canelas, Abel Alarcón, Tristán Marof, Enrique Finot y Javier del Granado.

Durante la segunda mitad del siglo XX se acentúan las obras literarias nacionalistas, destacándose escritores como Augusto Céspedes, Carlos Medinaceli, Antonio Díaz Villamil, Óscar Alfaro, Raúl Botelho Gosálvez, Joaquín Aguirre Lavayén, entre otros. Por otra parte, se consagran escritores que marcan una nueva manera de hacer literatura universal en Bolivia como Jaime Sáenz, Óscar Cerruto, Julio de la Vega, Jesús Urzagasti, Jesús Lara, Raúl Otero Reiche, Adolfo Costa Du Rels, Renato Prada Oropeza, Eduardo Mitre, Pedro Shimose, Néstor Taboada Terán, Gastón Suárez, entre otros.

Dentro del panorama literario contemporáneo se destacan escritores de distintos géneros, muchos de ellos impulsados por el Premio Nacional de Novela creado en 1998. Gonzalo Lema, Edmundo Paz Soldán, Wolfango Montes, Cé Mendizábal, Ramón Rocha Monroy, Homero Carvalho, Juan de Recacoechea, Víctor Montoya, Adolfo Cárdenas, Giovanna Rivero, Wilmer Urrelo, Rodrigo Hasbún, Víctor Hugo Viscarra, Claudio Ferrufino-Coqueugniot, Sebastián Antezana son los principales referentes.

Arqueología y paleontología

En Bolivia se pueden encontrar alrededor de 35 000 sitios arqueológicos. Muchos de los más conservados, por razones climáticas (desiertos y áreas muy secas) o por el tipo de materiales usados (piedra), se encuentran en los Andes, pertenecientes a culturas preincaicas e Inca. Sin embargo, en el sector oriental tropical del país (los 2/3 del territorio de Bolivia) son incontables los sitios arqueológicos, con pinturas rupestres, restos de cerámicas y hasta los vestigios de las enormes obras hidráulicas prehispánicas en los llanos de Moxos y Baures.

La zona arqueológica más importante del país son las Ruinas de Tiwanaku, en la que se halla la Puerta del Sol, con sus monumentos de observación astronómica y sus técnicas de cultivo, los cuales denotan un avanzado grado de conocimiento, no sólo de su medio ambiente sino de las leyes del universo.

El Oriente tropical boliviano fue el centro de una importante civilización precolombina, conocida como Cultura Hidráulica de las Lomas. Desde más o menos 4000 años a.C. (probablemente antes: el dato actual se basa en las cerámicas datadas) hasta el siglo XIII d.C., la región fue asentamiento de importantes grupos humanos organizados en sociedades pre-estatales (en algunos casos muy centralizados), definidos como cacicazgos, potentados locales. El sistema se basaba, ambiental y económicamente, sobre el uso de características ambientales específicas (uso de plantas acuáticas como fertilizantes y gigantescos sistemas de pesca) y en la construcción de grandes obras hidráulicas que permitían la conexión entre los varios núcleos humanos en cualquier estación, los cultivos también en la época de inundaciones (por esto la creación de campos de cultivo elevados visibles aún hoy en día desde el aire), de terraplenes, diques, canales y lagunas con función viaria y de pesca.

A la llegada de los españoles, la región ya estaba en plena decadencia desde hacía cerca de tres siglos. De todas formas, queda como uno de los centros de origen y propagación de muchos productos agrícolas de difusión mundial: tabaco, cacahuete o maní, algodón, yuca (Manihot esculenta), camote (Ipomoea batatas).

Otra zona de importancia, patrimonio de la humanidad de la Unesco, es el centro ceremonial de Samaipata, conocido también como el Fuerte, el más grande petroglifo terrestre construidos por poblaciones amazónicas en épocas remotas. El centro fue ocupado aparentemente pocos años antes de la conquista española por una avanzadilla incaica que ha dejado sobrepuestos a las decoraciones de las culturas amazónicas, algunos de los típicos motivos incaicos. En los alrededores se han descubierto más de 50 edificaciones en una zona de 30 a 40 hectáreas.

También se encuentran en el país caminos prehispánicos, pinturas rupestres y las conocidas huellas de dinosaurios de Toro Toro. Muchos de estos sitios arqueológicos –algunos de antigüedad milenaria– han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Gastronomía

La cocina boliviana tiene numerosos elementos comunes con la gastronomía de los países vecinos, especialmente el consumo de productos considerados típicamente regionales. Sin embargo, debido a la variedad de zonas climáticas, la cocina boliviana es muy rica y diferenciada según la tradición culinaria de cada región.

La gastronomía boliviana tiene unas profundas raíces étnicas, europeas y árabes, y transformadas por el mestizaje y los diferentes momentos históricos que el país ha experimentado, la gastronomía boliviana ha sumado platos, diferentes mezclas y preparados a una larga lista que abarcan todas las variedades de la comida boliviana.

En los platos de la zona del altiplano boliviano abundan las féculas e hidratos de carbono, como por ejemplo la patata o papa, ingrediente que suele acompañar la mayoría de los platos, especialmente las patatas deshidratadas llamadas chuño o ch'uñu, también sobresale el chairo, un caldo de cordero u oveja con papas, chuño y verduras. El plato paceño tiene la particularidad de no tener carne, consta de una porción de habas cocidas, una rodaja de queso criollo frito, una papa con cáscara cocida, un choclo cocido y abundante salsa llamada llajwa. ​

Oruro, la capital del folclore boliviano, cuenta con una diversidad de platos poco reconocidos como: el thimpu, consomé de carne, seguido por un plato fuerte con carne (del consomé) acompañada con arrozillo, papa, chuño, en ocasiones vegetales y una salsa de ají y cebolla; el jolke, un caldo de riñón de vaca y papa hervida; un plato típico llamado intendente, abundante plato con diversas carnes y menudencias de cordero, acompañado con arroz y otros carbohidratos; el rostro asado, un particular plato que cocina la cabeza de cordero sazonada (en ocasiones de vaca) al hormo, sin quitar el pelaje ni el cuero del animal, a pesar de que no se comen estos últimos; charquekan orureño o carne de llama deshidratada frita acompañada con mote, papa, huevo duro, queso y llajwa.[cita requerida]

En los valles subandinos bolivianos se produce una gran variedad de frutas y vegetales, granos y legumbres. Sin embargo, el producto más importante es el maíz, del cual existen muchas variedades, como el kulli o maíz morado, el ch'uspillu o el willkaparu (Tupiza, Tarija, Cochabamba, Chuquisaca). Entre los platos típicos de los valles centrales (Cochabamba), se cuenta la sajta, el pollo servido en una salsa de pimientos picantes; el pacumutu, filetes de carne vacuna; la salteña,​ el sillp'anchu, carne macerada con huevo encima; el pique macho, carne picada con cebollas, el falso conejo, el tranca-pecho, los anticuchos y las empanadas de carne. Entre los platos típicos de las provincias en el departamento de Cochabamba está el uchuku (sopa de ají acompañado de relleno de papa con queso de cabra, arroz, huevo, chuño, carne de pollo y pato, papa, lengua de res y el frito de "chilijchi"); plato de la región de Aiquile.

El plato tradicional de la ciudad de Tarija es el saice el mismo que se prepara con carne molida de res, papa harinosa, arvejas y se lo acompaña con arroz, fideo y chuño rebosado con queso y huevo, también se lo sirve con ensalada de tomate, lechuga y cebolla. Otro plato que se atribuye a la ciudad es la famosa salteña,,​ como cuenta una historia urbana.

La gastronomía tradicional de la ciudad de Tupiza es variada y tiene los siguientes platos: el k'asa uchu, tamales, humintas, patasq'a, guiso de palqui, picante de cabrito, asado de cabrito, chivo o cordero a la cruz, tortillas elaboradas con leche de cabra, harina de maíz y sal también se tiene el queso de cabra.

Las qaras a la brasa es un plato típico de la región de los Valles, en una zona próxima de los departamentos de Santa Cruz y Chuquisaca, más propiamente en la provincia de Vallegrande, ubicada en el departamento de Santa Cruz. Contiene mote, papas, chuletas de cerdo, y el cuerrillo de cerdo que está cocido sobre las brasas vivas, es un plato delicioso sobre todo el preparado de la carne y el cuerillo. El asadito colorado​ es otro plato típico de la provincia de Vallegrande; consiste en lo siguiente: está hecho de carne de cerdo, preparada con condimentos, especialmente un colorante rojo por lo cual lleva el nombre, se cuece en la misma manteca que escurre de la carne. Se acompaña con papas cocidas, ají, a veces pan, si se desea.

En las tierras bajas o llanos, la yuca reemplaza a la papa y es más frecuente el uso de hortalizas. Se produce azúcar, plátanos, almendras, frutas tropicales, soja y carne de res. El plato principal de los llanos es el locro, una sopa de arroz con charque (ch'arki) o pollo.

Los platos son elaborados sobre la base de maíz, como el locro de maíz blanco, los tamales hechos con una base de maíz rellena con una rehogado en manteca y cebolla, ají picante pimentón y carne picada, y la huminta en chala, elaborado con choclo (maíz tierno) rallado, azúcar y canela, con una salsa de tomates, morrones y pimentón, envueltos también en chalas (hojas de maíz) y hervidos como los tamales.

El chipilo, tradicional del departamento del Beni. Se trata de plátano verde cortado en láminas muy delgadas y frito en aceite. Su sabor se asemeja a una galleta salada.

En la comida del oriente se destaca la sopa tapada que es un plato típico de los llanos al noreste del país que básicamente consta de tres capas: una de arroz y otra de un preparado de carne con huevo y plátano con unas aceitunas más o menos como un pastel de fideo.

En esta parte del país, extremadamente húmeda, se preserva la repostería de una manera muy ingeniosa: Se deja en el horno al fuego lento hasta que se deshidrata y endurece. Para consumirla, se remoja en el café o en la bebida caliente con la cual se está acompañado.

En el oriente boliviano se consume mucho el tujuré con leche, elaborado a base de maíz, lejía y leche, se consume caliente o frío.

Entre los postres bolivianos, destacan los pasteles de dulce, el queso de cabra (Tupiza, Tarija) y el dulce de lacayote. Bebidas típicas están la chicha (Tupiza, Tarija, Chuquisaca, Cochabamba), la yerba mate, el mate, el api y el mate de coca, así como bebidas alcohólicas como el singani el licor nacional del país, vinos, chicha, aloja (en Tarija, Tupiza, Cotagaita), etc.

Deporte

El fútbol es el deporte más popular de Bolivia. Se practicó por primera vez en 1896 con la fundación del club Oruro Royal. Los equipos más representativos del fútbol profesional, ordenados por el número de campeonatos de liga obtenidos, son: Bolívar (La Paz), The Strongest (La Paz), Wilstermann (Cochabamba), Blooming (Santa Cruz), Oriente Petrolero (Santa Cruz), San José (Oruro), Real Potosí (Potosí), Universitario (Sucre) y Aurora (Cochabamba). La selección boliviana de fútbol tiene como mayores logros el campeonato de la Copa América 1963, el subcampeonato de la Copa América 1997 y la participación en tres copas mundiales: Uruguay 1930, Brasil 1950 y Estados Unidos 1994.

Otros deportes con gran número de seguidores son el voleibol, básquetbol, raquetbol, ciclismo, automovilismo, natación y montañismo. En este último, se destaca el montañista profesional Bernardo Guarachi quien fue el primer boliviano en coronar la bandera nacional en la cima del Everest y escaló los principales nevados de la Cordillera de los Andes como el Aconcagua (3 ocasiones), el Sajama (40 ocasiones) y el Illimani (186 ocasiones).​

En el Ajedrez, cuenta con un Gran Maestro Internacional, Osvaldo Zambrana es el unico Boliviano en alcanzar este titulo.

  • Bolivia en los Juegos Olímpicos
  • Selección de fútbol de Bolivia
  • Federación Boliviana de Fútbol
  • Liga de Fútbol Profesional Boliviano
  • Selección de baloncesto de Bolivia

Emblemas nacionales

Constitucionalmente, los emblemas nacionales son la bandera tricolor rojo, amarillo y verde, el himno nacional, el escudo de armas, la wiphala (bandera de la cultura aymara), la escarapela, la flor de la kantuta y la flor del patujú.​

La bandera de Bolivia que es el principal símbolo nacional fue adoptada el 31 de octubre de 1851 y aprobada por ley el 5 de noviembre​ del mismo año durante el gobierno de Manuel Isidoro Belzu con los colores definitivos del rojo, amarillo y verde. Por decreto supremo del 30 de julio de 1924, se determinó que el 17 de agosto se conmemore como Día de la Bandera.​ El Escudo Nacional de Bolivia es el símbolo nacional heráldico del país, según establecido en la Constitución y de acuerdo al Decreto Supremo del 14 de julio de 1888 posteriormente reglamentado por Decreto Superior N.º 27630 del 21 de julio de 2004 por el Presidente Carlos Mesa.​

Source: https://es.wikipedia.org/wiki/Bolivia