Historia
Época precolombina
Se cree que el ser humano apareció en el territorio que hoy se conoce como Venezuela hace unos 30.000 años aproximadamente, proveniente de la Amazonia, los Andes y el Caribe. La época precolombina en Venezuela a partir de ese instante puede dividirse en cuatro períodos: Paleoindio (30000 a. C.-5000 a. C.), mesoindio (5000 a. C.-1000 a. C.), neoindio (1000 a. C.-1498) e indohispano (1499 hasta el presente). Los períodos paleoindio y mesoindio se caracterizaron por la elaboración de instrumentos para cazar grandes animales como el megaterio, el mastodonte y el gliptodonte; así como el posterior desarrollo de artes de pesca y la navegación hacia a las islas del Caribe.
Durante el período neoindio hubo un importante desarrollo de la agricultura autóctona, arquitectura y cerámica: se construyeron terraplenes, elevaciones, presas, terrazas, canalizaciones y bóvedas para alimentos; también adquirieron experiencia y conocimiento sobre los ciclos naturales de la flora y fauna local, y de esa forma obtuvieron un mejor aprovechamiento; adicionalmente, practicaron la talla de esculturas y obras en cerámica, en donde se destaca la serie de las Venus de Tacarigua encontradas alrededor del lago de Valencia. Del mismo modo, se encontraron ornamentos cerámicos en la región andina, pertenecientes a la cultura carache.
Entre las tribus más importantes se destacaban los timoto-cuicas ubicados en los Andes y vinculados cultural mas no lingüísticamente a los chibchas; por su parte, los caribes se distribuían en las regiones del oriente y centro del país en Guayana, parte del Zulia y los llanos, quienes después de conflictos territoriales adquirieron la costa norte de Sudamérica y se extendieron a las Antillas; los arawakos, asentados en parte de las regiones de lo que hoy es el estado Amazonas, buena parte del occidente, centro occidente y parte de las costas. Algunos pueblos de filiación arawak son los wayúu, ubicados en el occidente del país hacia el norte, y los caquetíos, que poblaron el norte del actual estado Falcón y que fueron desplazados por los conquistadores hacia los llanos occidentales. También hubo pequeñas migraciones de grupos independientes que poblaron la cuenca del Orinoco y otras reducidas zonas del país.
Los indígenas de Venezuela usaban barro, paja u hojas de palma para edificar viviendas, como palafitos construidos con madera, cañas y paja. Los timoto-cuicas, por su parte, utilizaban la roca como principal material arquitectónico. Otros materiales como conchas marinas, eran empleados para el intercambio comercial ordinario, o trueque. La fauna de los años prehistóricos y precolombinos estaba formada por dantas, tigres dientes de sable, armadillos gigantes, entre otros. Al llegar los españoles existían en Venezuela numerosas etnias que hablaban lenguas caribe, arawak, chibcha y tupí-guaraní. Además, pudieron diseñar una mitología muy rica, y la cosmogonía de tribus como la de los maquiritare guardan sorprendentes similitudes con el Génesis bíblico.
Excavaciones realizadas por la arqueología venezolana han encontrado evidencia de culturas prehispánicas afincadas en suelo venezolano. Entre las muestras encontradas, destacan las halladas en la cuenca del río Unare, cerca de la localidad de Onoto, en Estado Anzoátegui durante los trabajos para la construcción de una represa. Allí fueron descubiertas decenas de grandes esferas líticas, algunas de hasta dos metros de diámetro. Investigaciones realizadas han determinado que tales esferas no son de origen natural, ya que muestran evidencia de lasqueado y ornamentación, además de los puntos de percusión característicos de este tipo de escultura.
Época colonial
Venezuela fue avistada por primera vez durante el tercer viaje de Cristóbal Colón, el 1 de agosto de 1498, cuando llegó a la desembocadura del río Orinoco después de haber pasado frente a la isla Trinidad. Era la primera vez que los españoles tocaban tierra firme continental, tomando en cuenta que en los dos primeros viajes llegaron a territorios insulares. Colón observó las corrientes del Orinoco y las selvas, y prosiguió su viaje por el golfo de Paria, bordeando la costa cerca de la isla de Margarita. El año siguiente en 1499 Alonso de Ojeda realizó una expedición más extensa por la costa, y llegó al Cabo de la Vela en la península de La Guajira después de pasar por el golfo de Paria, la península de Paraguaná y el golfo de Venezuela.
Poco después, el Imperio español emprendió la colonización del territorio con el establecimiento de la efímera gobernación de Coquibacoa y de ciudades y rutas comerciales entre la tierra firme y la metrópoli. Se efectuaron demarcaciones con el fin de crear una estructura jurisdiccional que se materializó con la creación de la Provincia de Margarita (1525), Venezuela (1527), Trinidad (1532), Nueva Andalucía y Guayana (1568) y posteriormente la de Maracaibo (1676). En 1528 el rey Carlos I expidió la Capitulación de Madrid, arrendando temporalmente parte de la Provincia de Venezuela a la Familia Welser y a la Familia Fugger, lo que dio paso a la creación del Klein-Venedig, una de las gobernaciones alemanas en América. No obstante, los españoles enfrentaron varias rebeliones por parte de los indígenas locales. Las más destacadas fueron la comandada por el cacique Guaicaipuro en 1560 y la sublevación de los Quiriquires en 1600, y hasta de sus propios coterráneos, como Lope de Aguirre y sus marañones provenientes del Perú.
El orden colonial terminó de implantarse hacia finales del siglo XVI con el cabildo y la Iglesia católica. Al mismo tiempo, se propició un mestizaje entre los habitantes de las provincias, lo que terminaría por definir el perfil social del país. El comercio y la extracción de recursos minerales y naturales florecieron, sobresaliendo la profusa exportación de cacao, añil y tabaco, a la vez que las provincias enfrentaban ataques de piratas como el de Henry Morgan a Maracaibo en 1669. Ante el auge del contrabando por la región en los años siguientes, se resolvió crear en 1728 la Real Compañía Guipuzcoana para ejercer el monopolio comercial.
Las provincias existentes, entonces gobernadas alternativamente por la Real Audiencia de Santo Domingo y la de Santafé de Bogotá, pasaron a formar parte del Virreinato de Nueva Granada en 1717. Con el ascenso al poder de la Casa Borbón el rey Carlos III conformó un solo ente autónomo al crear la Capitanía General de Venezuela en 1777. Esta nueva unión política se consolidaría con la creación de la Real Audiencia de Caracas en 1786.
Por otra parte, se experimentaron pérdidas territoriales durante este período: a partir de 1615 la región al oeste del río Esequibo comenzó a ser invadida por holandeses, quienes también tomaron militarmente Aruba, Curazao y Bonaire debido a la Guerra de los Ochenta Años, entre 1634 y 1636. Posteriormente, los británicos se hicieron con las islas de Trinidad y Tobago luego de la firma del Tratado de Amiens, hacia el final de las guerras revolucionarias francesas.
Independencia
A finales del siglo XVIII, una suma de factores como la introducción del Enciclopedismo y la Ilustración, la independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa, la antipatía hacia el centralismo político-económico con la metrópoli y la invasión napoleónica a España, inspiró los primeros conatos independentistas en Venezuela. Ya en 1748 se había sublevado, con algo de éxito, el hacendado cacaotero Juan Francisco de León contra la Compañía Guipuzcoana. Pero tal vez la primera rebelión armada de carácter masivo fue la que desató, en 1795, el esclavo negro José Leonardo Chirino, al occidente del país, en la población de Coro.
Otra conspiración se produjo por parte de Manuel Gual y José María España, en 1797, siendo ésta la primera de raíces populares. Ambas intentonas resultaron fallidas, con sus respectivos líderes ejecutados. Por su parte, el criollo Francisco de Miranda, precursor de la independencia, intentó dos veces, en 1806, invadir el territorio venezolano por La Vela de Coro con una expedición armada proveniente de Haití, y apoyada por los británicos. Sus incursiones terminaron en fracasos por la prédica religiosa en su contra y la indiferencia de la población. La posterior Conjuración de los Mantuanos tuvo igual destino.
La fecha del 19 de abril de 1810 marcó el inicio de la revolución venezolana. Vicente Emparan, para ese entonces el Capitán General de Venezuela, fue destituido por el Cabildo de Caracas. Ello dio paso a la formación de la Junta Suprema de Caracas, la primera forma de gobierno autónomo. La Junta gobernó hasta el 2 de marzo de 1811, día en que se instaló el Primer Congreso Nacional, ente que nombró un triunvirato compuesto por Cristóbal Mendoza, Juan Escalona y Baltasar Padrón. Meses después, el 5 de julio de ese año, se procede finalmente a firmar la Declaración de Independencia. Pero esta Primera República colapsó por la reacción realista. En julio de 1812 Miranda, Comandante en Jefe del recién creado ejército, capituló en San Mateo.
El movimiento tendría nuevo impulso en 1813, cuando el militar Simón Bolívar, luego de hacerse con el control de Cúcuta, emprendió una expedición armada por los Andes y la región occidental, junto con Atanasio Girardot y José Félix Ribas. Luego de hacer público el polémico Decreto de Guerra a Muerte, enfrentó a los realistas varias batallas a lo largo de la ruta hacia la capital. Al terminar la campaña, entró triunfalmente en Caracas, donde se le tituló como Libertador, y donde se proclamó la Segunda República, aunque continuaron los combates en otros puntos del país. Sin embargo, al año siguiente estalló una rebelión leal a la Corona a cargo de José Tomás Boves. El violento empuje de sus tropas forzó a la población a emprender la Emigración a Oriente, así como la expulsión de los patriotas de tierra firme, haciendo caer así la Segunda República.
Desde la Nueva Granada Bolívar intentó una reedición de la Campaña Admirable para rescatar la república, pero por falta de apoyo se trasladó a Jamaica para conseguir apoyo británico, y luego a Haití, donde se refugió el resto de los líderes patriotas. Allí se planificó la Expedición de los Cayos hacia tierra firme, la cual zarpó en marzo de 1816. Luego de tomar la isla de Margarita, los republicanos prosiguieron atacando Carúpano y Maracay, pero fueron rechazados. En una segunda expedición, Bolívar tomó el mando de las tropas republicanas acantonadas en Guayana, con las que logró capturar Angostura y desde donde refundó las instituciones, creando la Tercera República. Por su parte, José Antonio Páez realizó importantísimas operaciones militares para liberar la región central del país al mando de sus llaneros.
La guerra en el llano siguió hasta 1819. Ese año, Bolívar intentó la reorganización del Estado con la instalación del Congreso de Angostura, cuyo resultado fue la creación de la Gran Colombia. En 1820, se firmó el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra, poniendo fin a la guerra a muerte y cesando hostilidades hasta el 28 de abril de 1821. El 24 de junio de ese mismo año, Bolívar se enfrentó a Miguel de la Torre en la batalla de Carabobo, que se saldó con la victoria republicana. Esta victoria significó la liquidación de las tropas realistas en Venezuela, dejando remanentes que serían derrotados en la batalla naval del Lago de Maracaibo en 1823. Con la toma de la plaza fuerte de Puerto Cabello por el Ejército Libertador, se logra sellar definitivamente la Independencia.
Gran Colombia
La República de Colombia, conocida por muchos como la Gran Colombia, integró según su Ley Fundamental a la antigua Capitanía General de Venezuela con el Virreinato de Nueva Granada y la Provincia Libre de Guayaquil, a la que luego se uniría la Audiencia de Quito. El congreso elegido en Angostura se movió a Cúcuta, donde se sancionó una Constitución en agosto de 1821, y en la que se definía la organización política de este Estado. Bolívar fue electo presidente por mayoría, y Francisco de Paula Santander fue hecho vicepresidente. Bolívar continuaría sus campañas de liberación por el sur, en la que propiciaría la liberación del Perú y la creación de Bolivia.
El nuevo Estado reguló sobre el comercio y las instituciones públicas, y también decretó la abolición de la esclavitud. Pero la discrepancia entre bolivarianos (centralistas) y santanderistas (federalistas) tensionó el orden interno. Aunado a la crisis económica, la carente infraestructura, las diferencias idiosincráticas y de intereses, y el deseo de autonomía por parte de los venezolanos para con su territorio, germinó la secesión. La Cosiata de 1826, liderada por Páez, fraguó dicha inconformidad del departamento de Venezuela con el gobierno de Bogotá. Para aquietar la convulsión, Bolívar gobernó por decreto desde 1828, pero ello no impidió la separación de Venezuela, que se manifestó finalmente en noviembre de 1829. En mayo de 1830 se instaló el Congreso de Valencia (capital provisional del país con motivo del congreso) para tomar decisiones con respecto a los pasos a seguir por el Distrito de Venezuela en vista del creciente y continuo distanciamiento con el Gobierno Central. Ello terminó en la secesión de Venezuela de la Gran Colombia y el nacimiento del Estado de Venezuela, al adoptarse una nueva constitución.
Caudillismo y Guerra Federal
El principal jefe político y hombre fuerte de Venezuela en sus albores como república fue José Antonio Páez, quien se juramentó como Presidente en abril de 1831, y su Vicepresidente fue Diego Bautista Urbaneja. Páez representaba al Partido Conservador, integrado en su mayoría por militares veteranos de la Guerra de Independencia. Hubo relativa paz y la economía mostró una recuperación estimulada por la Ley de Libertad de Contratos de 1834 y las exportaciones de café. En 1835 delegó el poder en José María Vargas, el primer civil en dirigir el país. Ello no fue de gusto para los militares de pensamiento liberal, quienes se rebelaron contra el gobierno en la Revolución de las Reformas. Vargas abdicó en 1836, y su período fue terminado por Carlos Soublette.
Páez, tras haber derrotado una rebelión liberal, vuelve a resultar electo en 1838. Afrontó la crisis económica mundial de ese año, que golpeó duramente a Venezuela, y a la creciente oposición liberal representada por Antonio Leocadio Guzmán, a la vez que iniciaba las disputas territoriales contra los británicos por la cuestión del Esequibo. Soublette fue nuevamente presidente en 1843, y en 1847 es elegido el general José Tadeo Monagas con gran apoyo, pero rompió luego con los conservadores. El intento de éstos en deponerlo desembocó en el atentado al Congreso de 1848. El General se aseguró de que su hermano José Gregorio Monagas fuese hecho presidente en 1851, quien proclamó la definitiva abolición de la esclavitud en 1854. José Tadeo volvió al poder en 1855, pero su régimen autoritario vio su fin en la Revolución de Marzo de 1858, comandada por Julián Castro. Este último fue nombrado como Presidente Provisional de la República en la Convención de Valencia y posteriormente en Presidente Interino, haciendo de Valencia nuevamente la capital provisional del país.
Los decretos del nuevo gobierno crearon descontento en liberales, y la inestabilidad hizo inminente el estallido de un conflicto armado conocido como la Guerra Federal. El Grito de la Federación marcó su inicio, y se desarrolló como una guerra de guerrillas. Los federalistas liberales obtuvieron importantes triunfos gracias a su líder Ezequiel Zamora, el cual muere en San Carlos en extrañas circunstancias. Le reemplazó Juan Crisóstomo Falcón, tras lo cual mermaron a las fuerzas centrales. En 1863 se firmó el Tratado de Coche, que significó el acceso al poder de los liberales y el fin de una guerra que diezmó a la población. No obstante este resultado, se conformaron nuevos caudillismos regionales con ejército propio. Falcón asumió la presidencia y promulgó su Decreto de Garantías, que abolió la pena de muerte. Esta disposición, ratificada en la nueva constitución, hace de Venezuela el Estado moderno más antiguo en llevarlo a práctica.
Falcón sembró rencor tanto entre los conservadores como en la disidencia liberal, causando que ambos bandos se unieran para derrocarle en 1867 con la Revolución Azul. Un ejército dirigido por Miguel Antonio Rojas se alzó en la región central, con el expresidente José Tadeo Monagas en la región oriental. Dada la difícil situación, Falcón delegó el poder en manos de Manuel Ezequiel Bruzual. Pero al cercar la capital, Rojas firmó el Tratado de Antímano, reconociendo al gobierno y asumiendo el mando militar del país. Los orientales, viendo el tratado como una traición, prosiguieron su campaña hacia Caracas, a la que capturaron finalmente, instaurando así el gobierno de los azules, Guillermo Tell Villegas y José Ruperto Monagas.
Liberalismo Amarillo
Antonio Guzmán Blanco, hijo de Antonio Leocadio Guzmán, tramó junto con su padre el retorno al poder de los liberales. Al huir por el rechazo del gobierno, organizó en Curazao una invasión apoyada por caudillos regionales como Joaquín Crespo y Francisco Linares Alcántara. En 1870 desembarcó en la costa y tomó posiciones por el centro-occidente del país mientras engrosaba sus fuerzas. Tomó Caracas en abril, por lo que su acceso al poder se conoce como la Revolución de Abril.
Una vez hecho presidente, implementó medidas tendientes a modernizar el país e instaurar el orden definitivo, en una plataforma denominada como «Liberalismo Amarillo». Creó el Conservatorio de Bellas Artes, dictó el Decreto de Instrucción Pública y Obligatoria, hizo del peso venezolano la moneda nacional, fomentó la agricultura, organizó el primer censo poblacional del país, mejoró la infraestructura e inició una transformación urbanística de Caracas, a la que quiso darle cualidades parisinas, sin abandonar un carácter centralista y autoritario. Combatió varios alzamientos caudillistas, logrando aquietar el turbulento panorama de insurrecciones. Fue su política una promoción del culto a los héroes del pasado, especialmente a Simón Bolívar, como estrategia para unir el país. Igualmente, debilitó el poder de la Iglesia Católica, al pasar al Estado funciones que tradicionalmente eran realizadas por ésta.
En 1877, pasó el mando a Francisco Linares Alcántara, para que continuase su obra y marcharse a Europa. Pero la ruptura de Linares con él y la discontinuación de la línea progresista, provocaron la Revolución Reivindicadora que le derrocó en 1879. Guzmán Blanco tuvo que regresar al país y tomar nuevamente las riendas del gobierno. En esta ocasión designó al bolívar como moneda nacional, y decretó el Gloria al Bravo Pueblo como himno nacional, además de seguir con las medidas político-económicas que habían tenido éxito. Luego de cinco años pasó el mando a Joaquín Crespo, pero los efectos de la introducción del positivismo y la creciente oposición del sector estudiantil que cobró fuerza, por lo que Crespo cerró la Universidad, ameritaron un segundo regreso de Guzmán. Fue elegido por el Congreso para presidir entre 1886 y 1888, pero se retiró en 1887, designando a Hermógenes López para la transición.
Le siguió Juan Pablo Rojas Paúl, quien se alejó de la línea centralista mantenida hasta el momento. Creó la Academia Nacional de la Historia y enfrentó disturbios anti-guzmancistas. En 1890 fue elegido Raimundo Andueza Palacio. Su intento por ampliar su mandato de dos años causó la Revolución Legalista de 1892 encabezada por Joaquín Crespo, quien obtuvo el poder y estableció la presidencia de cuatro años y el voto directo. En su jefatura se malversaron los recursos públicos y hubo mayor endeudamiento, aunque permaneció popular entre sus soldados. Su candidato a sucesor, Ignacio Andrade, venció en las elecciones de 1897, pero su rival José Manuel Hernández, alias el Mocho, acusó fraude y se rebeló en Queipa. Crespo pereció al mando de sus tropas, pero el alzamiento fue derrotado. El saldo final del siglo XIX fue de recesión económica, pero de avances en cultura, tecnología y urbanismo.
Hegemonía tachirense
El militar y ex diputado Cipriano Castro acusaba a Andrade de violar la constitución de 1893, por lo que organizó desde Táchira un levantamiento militar de carácter restaurador junto con Juan Vicente Gómez para derrocarle. Castro accedió al poder en octubre. Sin embargo, ratificó a algunos ministros del derrotado gobierno, incluyendo en el gabinete a Andueza Palacio. En 1901, fue elegido Presidente por la Asamblea Nacional Constituyente. Al igual que sus antecesores, por su autoritarismo combatió sediciones. La más sobresaliente de éstas fue la Revolución Libertadora, que culminó con el triunfo de Castro en 1903, cerrando el capítulo de las grandes rebeliones caudillistas. Su gestión siguió el antiimperialismo, negándose a cancelar la deuda con el Reino Unido y Alemania, lo que causó el bloqueo naval que impusieron estos países.
Castro enfermó en 1908, y salió del país para someterse a tratamiento. Días después, su vicepresidente y amigo Gómez perpetró un golpe de estado y prohibió su regreso a Venezuela. Gómez fue oficialmente presidente desde 1910 y posteriormente designado por períodos de siete años establecidos por una nueva constitución, intercalados con gobiernos títere que actuaron de fachada. Fue inmisericordioso con aquel que lo cuestionase. Muchos presos políticos cumplieron como trabajadores forzados, construyendo carreteras por todo el país. Para resistir protestas del estudiantado, cerró la Universidad Central de Venezuela durante diez años. Promulgó la primera Ley del Trabajo, creó bancos para obreros, inició la explotación petrolera y canceló la deuda externa. El movimiento opositor más recordado de su época fue protagonizada por estudiantes universitarios en 1928, de donde surgirían nuevos líderes políticos. También frenó un golpe militar y la invasión del general Román Delgado Chalbaud con el vapor alemán Falke en 1929. Su mayor contribución fue la pacificación definitiva del país, al exterminar a los caudillos y crear la Academia militar de Venezuela, como base de un Ejército Nacional consolidado. La dinámica económica marcada por el comienzo de la explotación petrolera en este período sería la causa de migraciones de población campestre a los grandes centros urbanos desde la década de 1930.
Gómez falleció en 1935, y el General Eleazar López Contreras fue designado encargado de la Presidencia hasta 1936, y luego presidente por siete años. Con él se inicia la transición a la democracia: decreta amnistía para los prisioneros políticos y restablece la libertad de prensa. Ese año una gran manifestación pública frente al Palacio de Miraflores demandó mayores libertades civiles, a las que López accedió en parte con su Programa de febrero. Redujo el período presidencial a 5 años, y focalizó sus políticas en la creación de programas asistenciales de salud pública. Además, concretó obras de suma importancia como la creación de la Guardia Nacional de Venezuela, la apertura del Museo de Bellas Artes y del Museo de Ciencias en 1938, y la creación del Banco Central de Venezuela en 1939.
Al término de su mandato en 1941, el Congreso designó presidente a Isaías Medina Angarita, militar que promulgó una Ley de Hidrocarburos en 1943 que llevó más dividendos monetarios al país, limitando a las multinacionales. En su gestión se decretó el sufragio femenino y la legalización de partidos, se permitió el regreso de todos los exiliados y la liberación de los presos políticos restantes. Creó el primer plan de cedulación venezolana, activó una reforma agraria, apoyó a los Aliados de la Segunda Guerra Mundial, intentó la anexión de las Antillas Neerlandesas y firmó el Tratado de Límites de 1941 entre Colombia y Venezuela. Aunque aceleró el camino a la democracia, aún existían adversarios como Rómulo Betancourt y su partido Acción Democrática. Desde su seno se fraguó un golpe militar en 1945 con ayuda de un grupo militar dirigido por los Tenientes Coroneles Marcos Pérez Jiménez, Luis Llovera Páez y Carlos Delgado Chalbaud, quienes disentían con el tipo de elección presidencial empleada y con muchas medidas de Medina.
Periodo militar y burbuja económica
Luego del golpe, se organizó un gobierno democrático aunque dominado por el partido Acción Democrática por los siguientes tres años. Se aprobó una nueva constitución en 1947 que otorgó el sufragio directo y el sufragio femenino. En unos nuevos comicios, el famoso escritor Rómulo Gallegos resultó ser el primer presidente venezolano electo de esa forma, asumiendo en 1948. A pesar de eso, Gallegos no completó su período luego de que un golpe de estado meses después pasara al poder una Junta Militar integrada por los mismos rebelados de hace tres años, la cual derogó la constitución. De los triunviros, Delgado Chalbaud era candidato a presidir el país luego de que la Junta convocara a elecciones, pero fue secuestrado y asesinado en 1950. Tras el incidente, Germán Suárez Flamerich fue designado presidente provisional.
Pérez Jiménez permaneció como Ministro de Defensa hasta 1952, fecha de las votaciones para una Asamblea Constituyente. En el transcurso de la jornada, al ver que el opositor URD alcanzaba la mayoría de votos, el oficialista Frente Electoral Independiente desconoció los resultados y suspendió las elecciones. Dos días más tarde, Pérez Jiménez fue proclamado Presidente Constitucional. Su dictadura, que impulsó una constitución en 1953, proscribió a la oposición y coartó las libertades civiles. Su principal organismo policial, la Dirección de Seguridad Nacional, arrestó y recluyó a opositores en el campo de concentración de Guasina, y también los ejecutó. Apoyado por los Estados Unidos por ser parte de la red de distribución petrolera y por su anticomunismo, el régimen de Marcos Pérez Jiménez continuó el proyecto de sus antecesores y el crecimiento económico del país tuvo como base el endeudamiento de la república, demostrado por Coronil Ímber y Stambouli. La antipatía generada por sus actos represivos y sus intenciones de perpetuarse en el poder, incrementó el descontento en su contra.
Durante la gestión de Pérez Jiménez, el Estado intervino áreas de la economía que tradicionalmente eran desempeñadas por la empresa privada. El gobierno de Pérez Jiménez se caracterizó por su capitalismo de Estado y no por el capitalismo liberal. Fue un antecedente del régimen económico populista y paternalista de los posteriores regímenes democráticos. El empresariado privado nacional cada vez tenía menos espacio para crecer y prosperar. El Estado era el gran capitalista en la Venezuela de Pérez Jiménez y era el mayor accionista nacional de importantes cadenas hoteleras como Sheraton.
Los indicadores económicos de Venezuela durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez mostraban crecimiento en algunos sectores de la economía, baja inflación y altos niveles de empleo, aunque la balanza de pagos y las finanzas gubernamentales mostraban un preocupante desorden fiscal. La deuda de Venezuela creció más de 25 veces y pasó de 175 millones a más de 4 mil 500 millones de dólares en apenas 5 años (aproximadamente 40 mil millones de dólares de 2018). El malestar por las deudas de Venezuela llegó a los cuarteles y el empresariado nacional. Pérez Jiménez respondió que: "no hay deuda, sino compromisos". El Ministro de Hacienda no logró convencer a Pérez Jiménez para que dispusiera la cancelación de las deudas. A partir del 14 de enero de 1958, el empresariado venezolano decidió divorciarse completamente del régimen, nueve días antes del colapso final.
La expansión de la economía venezolana tuvo como base el endeudamiento de la nación venezolana y esa fue una de las causas de la crisis económica de la Venezuela de los años sesenta, en la que se paralizaron importantes proyectos como el Centro Urbano El Recreo de Marcel Brauer en la Avenida Casanova (Sabana Grande). Bajo la doctrina del "Nuevo Ideal Nacional" se llevó a cabo la continuidad del proyecto de modernización de Venezuela, en función de lo que había sido planificado previamente por Juan Vicente Gómez (el padre Estado Moderno en sentido weberiano en Venezuela), Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, pasando de tener poblaciones rurales a ser una de las referencias del modernismo en Latinoamérica. La Ciudad Vacacional Los Caracas fue originalmente una comunidad agrícola para los enfermos de lepra que debían estar aislados, como parte de los Planes Sanitarios del Ministerio de Sanidad. Marcos Pérez Jiménez le cambió su uso y convirtió la Colonia Agrícola-Leprosario en una ciudad vacacional, perjudicando a los enfermos.
La década de 1950 ha sido considerada una burbuja económica que se fundamentaba en la producción petrolera y en la construcción de obras públicas. La producción petrolera pasó de 1,80 millones de barriles diarios (cotizados a 2,14 dólares) a 2,77 millones de barriles diarios (cotizados a 2,65 dólares), según datos del Ministerio de Energía y Minas. A su vez Según la División de Estadística de las Naciones Unidas en su Anuario Estadístico de 1964, el crecimiento de la economía venezolana de 1952 a 1958 fue el más alto del hemisferio occidental, por encima de potencias como Estados Unidos, y el Reino Unido. Por otra parte el empleo subió 21 % entre 1952 y 1956, mientras que la inflación más alta se ubico con 1,6 % en 1954. Cabe destacar que, la mayoría de las economías que crecen a tasas muy altas sin haber salido de una guerra, podrían estar experimentando algún tipo de burbuja económica. El ambicioso programa de obras públicas e inversiones en industrias basicas tuvo un costo que rebasó las disponibilidades fiscales. El crédito público no se utilizó de forma formal y se incurrió en la creación de una elevada deuda flotante, derivada más que todo, de pagos atrasados de contratistas de obras públicas y, por la otra, en fuertes compromisos adquiridos por los institutos autónomos y empresas del Estado mediante la emisión de títulos y pagares.
El crecimiento de Venezuela no era sostenible en este período. La deuda de las constructoras privadas había crecido desproporcionadamente y esa fue una de las razones que ocasionaron la salida del poder de Marcos Pérez Jiménez. Las finanzas de muchas empresas constructoras sentían la inminencia de una quiebra. El gobierno tuvo que acudir al otortogamiento de nuevas concesiones petroleras en 1956 y 1957 para solventar las dificultades financieras y la enorme deuda que se había contraído. Gracias a estas concesiones, el Gobierno recibió 2.188 millones de bolívares como ingresos fiscales y eso le permitió mitigar los efectos de la deteriorada situación fiscal de Venezuela. Fred Levy señaló que la balanza de pagos y las finanzas gubernamentales fueron la evidencia del desorden fiscal de la dictadura.
En el año 1955, la Revista Time tuvo en su portada a Marcos Pérez Jiménez y el balance sobre su gestión fue regular. En la Revista Time se habló del boom económico que Venezuela experimentaba a raíz de su producción petrolera y el crecimiento del sector construcción, pero también se hizo mención a la creciente deuda del país sudamericano y los problemas sociales que enfrentaba. En este período se adelantó la construcción de las principales vías de comunicación en el país, que unieron tanto occidente, centro y oriente del país, así como conglomerados industriales y grandes monumentos. Cabe destacar que, la mayoría de las obras ya estaban planificadas desde el gobierno de Isaías Medina Angarita, así que el mérito debe ser compartido entre varios gobiernos. Los gobiernos democráticos terminaron de pagar las deudas contraídas.
En 1957 se organizó un plebiscito para definir su permanencia para otro lapso de cinco años en el poder. Los boletines oficiales le dieron la victoria, aunque era de sobreentendimiento en todos los sectores del país que se trató de un fraude. Esto produjo un fraccionamiento en las Fuerzas Armadas, dando lugar a una rebelión fallida en el día de Año Nuevo de 1958. Pero la consecuente crisis política desestabilizó las bases del régimen, concluyendo con su deposición por un movimiento cívico-militar el 23 de enero, obligándole a huir hacia República Dominicana para trasladarse a España. Triunfada la rebelión, se organizó una Junta Cívico-Militar de Gobierno presidida por el Contralmirante Wolfgang Larrazábal. Meses después se firmó el Pacto de Puntofijo, que disponía la alternancia en el poder de Acción Democrática, COPEI y URD, para encauzar la futura política del país, excluyendo a su vez a otros partidos de izquierda como el PCV. La elección a Presidente terminó decantándose por Rómulo Betancourt.
Democracia
La democracia de consensos. El sistema populista de partidos políticos y conciliación de élites.
La nueva era democrática trajo consigo cambios a nivel político y económico. En su gobierno no se otorgó más concesiones a multinacionales petroleras, se constituyó la Corporación Venezolana del Petróleo, y se creó la OPEP en 1960, por iniciativa de Juan Pablo Pérez Alfonzo. Se concretó una Reforma Agraria y se sancionó una nueva constitución en 1961.
El nuevo orden tuvo sus antagonistas. Betancourt sufrió un atentado planeado por el dictador dominicano Rafael Trujillo, y los izquierdistas excluidos del Pacto iniciaron una insurgencia armada al organizarse en las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, auspiciadas por el Partido Comunista y Fidel Castro. En 1962 intentaron la desestabilización vía los cuerpos militares, con fallidas revueltas en Carúpano y en Puerto Cabello. Paralelamente, Betancourt promovió una doctrina internacional en la que solo reconocía a los gobiernos electos por votación popular.
En las elecciones de 1963 resultó electo Raúl Leoni. Su plataforma consistió en una coalición de partidos de Amplia Base, integrando a AD, URD y el FND. Aunque su gobierno fue de concordia y entendimiento general, tuvo que lidiar con los continuos ataques guerrilleros. De entre estos destaca la invasión a las playas de Machurucuto en 1967, en la que participaron guerrilleros venezolanos y cubanos. Viendo que rendía pocos frutos, la mayor parte de los guerrilleros abandonaron la lucha armada en ese año. El gobierno de Leoni también se destacó por obras públicas y el desarrollo cultural.
Rafael Caldera ganó los siguientes comicios. Antes de tomar posesión en 1969, estalló la rebelión de Rupununi en Guyana, que representó una oportunidad para anexar el Esequibo, reclamado por Venezuela. En este contexto, firmó el Protocolo de Puerto España en 1970. Pactó la tregua definitiva con la guerrilla y garantizó su reintegro a la vida política, legalizando al PCV. En 1974 asumió Carlos Andrés Pérez. En esos años se incrementó enormemente el ingreso de divisas como consecuencia de la crisis del petróleo de 1973, cuando el precio del barril de petróleo pasó bruscamente de 3 a 12 $, llegándose a la acepción de la Venezuela Saudita, título de un libro de Sanín (Alfredo Tarre Murzi), aunque el nombre lo habían indicado antes Rómulo Betancurt y Laureano Vallenilla Lanz, hijo. En 1975 la industria del hierro fue nacionalizada y al año siguiente la del petróleo, creando a Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA). Tanto Caldera como Pérez rompieron parcialmente con la Doctrina Betancourt.
En 1979, Luis Herrera Campins es investido como Presidente. Inauguró múltiples instalaciones culturales y deportivas. Aunque los ingresos petroleros siguieron en alza, no pudo impedirse el endeudamiento en las finanzas internacionales, forzando el apego a los dictámenes del FMI. En 1983 se devaluó el bolívar en el Viernes Negro, desatando una fuerte crisis económica. En el gobierno de Jaime Lusinchi, se haría poco para contrarrestarla. La corrupción se incrementó y la política económica mantuvo la línea rentista. Por otra parte, en 1987 el Incidente de la Corbeta Caldas generó uno de los mayores momentos de tensión internacional con Colombia, debido a la disputa por la soberanía sobre golfo de Venezuela entre ambas naciones.
Carlos Andrés Pérez es nuevamente elegido en 1988 y durante su mandato buscó solventar la recesión al adoptar medidas que originaron grandes protestas sociales, la más grande siendo el Caracazo de 1989. Ese mismo año tuvieron lugar las primeras elecciones directas de gobernadores y alcaldes regionales. Posteriormente se produjeron dos intentos de golpe de Estado en febrero y en noviembre de 1992 encabezados por Hugo Chávez y Pérez fue finalmente destituido por el Congreso en 1993. Octavio Lepage fue Presidente provisional por pocos días, hasta que el historiador y parlamentario Ramón José Velázquez fue designado como interino.
Caldera llega al poder por segunda vez en 1994, teniendo que manejar la fuerte crisis bancaria que se presentó ese año. El derrumbe e intervención de una decena de bancos culminó con la fuga de capitales, provocando el quiebre de empresas. Para frenar la crisis, inició una política de privatizaciones, pero la grave situación económica continuaría con el decaimiento de los partidos políticos que habían estado activos desde mediados del siglo XX.
Revolución Bolivariana
Revolución Bolivariana es el nombre dado en Venezuela, por Hugo Chávez (1954-2013) y sus partidarios, al proyecto ideológico y social que comienza en 1999, con la elección de Chávez como presidente del país.
Según sus partidarios, la revolución está basada en el ideario del libertador Simón Bolívar, en las doctrinas de Simón Rodríguez, quien proponía que Latinoamérica inventase su propio sistema político, y el general Ezequiel Zamora "Tierras y Hombres Libres" y "Horror a la Oligarquía", quien defendía la tenencia de la tierra para los campesinos que la trabajaban. Tiene como fin impulsar el patriotismo hispanoamericano y llegar a un nuevo socialismo. Una de sus primeras medidas fue el aprobar mediante referéndum popular la constitución de 1999 que, entre otras cosas, cambió el nombre del país a República Bolivariana de Venezuela.
Hugo Chávez
Hugo Chávez se irguió como ganador en las elecciones presidenciales de 1998. Fue apoyado por la alianza partidista «Polo Patriótico», que buscaba un gobierno inspirado en la renovación y modernización del estado. Promovió luego una nueva constitución, la cual se aprobó por referéndum en diciembre de 1999, y que trajo consigo la renovación del Poder Público por una Asamblea Nacional Constituyente conformada en un 95% por oficialistas, lo cual ha sembrado desde entonces dudas en algunos sectores de la sociedad venezolana sobre la independencia de poderes del Estado. Mediante dicho referéndum, el nombre oficial del país pasa de llamarse «República de Venezuela» al actual «República Bolivariana de Venezuela», en homenaje al libertador americano Simón Bolívar.
En 2001, Chávez promulgó 49 leyes sobre la administración de tierras, gracias a una habilitación de la Asamblea Nacional, en el marco de su plataforma llamada como Revolución Bolivariana, generando conflictos con la oposición. Ello desembocó en un paro nacional convocado por la Confederación de Trabajadores de Venezuela y por la cámara de empresarios (Fedecámaras).
En 2002 comenzaron las grandes protestas en su contra. Ese año, tras una masiva manifestación en Caracas, el 11 de abril de 2002 se da lo que se conoce como el Golpe de Estado de 2002. Pedro Carmona, dirigente de Fedecámaras, se autoproclamó Presidente, con el apoyo del sindicato CTV y varios partidos políticos de derecha, Según una investigación realizada por Izquierda Unida, José Manuel Fernández dice que "Poderosos medios de comunicación, en Venezuela y en el exterior apoyaron directa e indirectamente el golpe". Como primera acción de gobierno Carmona desintegró todos los poderes constituidos e instauró un gobierno de facto. Esa misma noche Chávez fue restituido, luego de ser rescatado en una acción comando en la isla donde había sido preso. La oposición organizó luego un paro general solicitando la renuncia de Chávez, pero que afectó a Petróleos de Venezuela, ocasionando grandes pérdidas económicas para el país. Se solicitó luego un referéndum revocatorio, realizado finalmente en 2004 y en él, Chávez resultó victorioso.
La gestión de Chávez mantuvo una línea izquierdista que buscaba llevar al país hacia lo que denominó el Socialismo del siglo XXI. Creó programas de ayuda y desarrollo social —Misiones Bolivarianas—. Manifestó desagrado por el imperialismo político-económico que, según sus palabras, gestionó el gobierno de Estados Unidos. A su vez, fortaleció relaciones con antiguos rivales de Estados Unidos, como Rusia, China y Vietnam, o los pequeños rivales ideológicos, como Cuba, Irán, Bielorrusia y Siria.
En 2005, los partidos chavistas consiguieron el control de casi todas las gobernaciones del país y de la Asamblea Nacional, elecciones a las cuales la oposición no acudió alegando «falta de garantías». Las siguientes elecciones presidenciales se realizaron en diciembre de 2006, en las que Chávez fue reelecto frente a Manuel Rosales, su contrincante directo. Anunció luego que impulsaría su proyecto político a través de reformas a la Constitución, incluyendo el control de las Fuerzas Armadas, nuevos controles económicos, y la reelección indefinida. En ese proceso, no se renovó la concesión para señal abierta al canal de televisión RCTV, medida que generó rechazo en parte de la población y que propició la activación del Movimiento estudiantil venezolano. En diciembre de 2007 se celebró el referéndum sobre dichas propuestas, las cuales fueron finalmente rechazadas por el electorado, manteniendo a la Constitución en su versión de 1999.
En noviembre de 2008, se realizaron elecciones regionales, en las cuales el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela obtuvo 17 de las 22 gobernaciones en disputa. La oposición, por su parte obtuvo la gobernación de cinco de los ocho estados más poblados de Venezuela. En febrero de 2009, se realizó un nuevo Referéndum sobre una propuesta de enmienda realizada por Hugo Chávez que permitiría levantar los límites a la reelección de todos los cargos de elección popular incluido el presidente de la República, que fue aprobado por el electorado.
Nicolás Maduro
En las elecciones presidenciales de Venezuela para el período 2013-2019, el presidente Chávez fue reelecto para un tercer mandato consecutivo. Pero debido a su fallecimiento en marzo de 2013 por complicaciones de un cáncer del colón, se debió realizar una nueva elección en donde el oficialista Nicolás Maduro obtuvo una ajustada victoria a nivel nacional.
Las elecciones presidenciales de Venezuela se desarrollaron el 14 de abril de 2013. En ellas hubo 14 988 563 votos válidos que se distribuyeron de la siguiente manera: Nicolás Maduro Moros obtuvo 7 587 532 (el 50,61 %) y Henrique Capriles Radonski, 7 363 264 (el 49,1 %). La conflictividad política de 2013 por los resultados de la elección presidencial desencadenó en las manifestaciones en Venezuela de 2014, aunado a un deterioro marcado de la economía, un aumento sostenido de los índices de criminalidad a nivel nacional y denuncias de corrupción en organismos públicos.
Las elecciones parlamentarias de 2015, que se celebraron el 6 de diciembre de 2015, resultaron en la victoria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), principal movimiento de oposición al gobierno del presidente Nicolás Maduro, con el 56,3 % de los votos y 112 de los 167 diputados de la Asamblea Nacional (incluidos 3 diputados por la Representación Indígena a la Asamblea Nacional), correspondiendo a una mayoría cualificada. Pero desde la instalación, el 5 de enero de 2016, la mayoría de las leyes aprobadas por la nueva Asamblea Nacional fueron declaradas inconstitucionales por el TSJ y solamente una ley entró en vigor. En una secuencia de varias sentencias desde el 1 de agosto de 2016, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declaró en desacato a la Asamblea y nulos y sin validez todos sus actos por no desincorporar a tres diputados del estado Amazonas, cuya elección está bajo suspensión cautelar por presuntas irregularidades. La desincorporación del 9 de enero de 2017 fue declarada invalida por el TSJ. Con el argumento del desacato el Tribunal Supremo de Justicia asumió varias competencias que de acuerdo con la constitución de Venezuela son de la Asamblea Nacional, como la aprobación y la prórroga del estado de excepción, el control del presupuesto y el derecho de recibir las cuentas del Gobierno. En la sentencia 156 del 29 de marzo de 2017 la Sala Constitucional del TSJ advirtió de manera general «que mientras persista la situación de desacato ... las competencias de la Asamblea Nacional serán ejercidas directamente» por ella. Después una intervención de la Fiscal General Luisa Ortega Díaz que habló de «varias violaciones del orden constitucional» el TSJ en una sentencia del 1 de Abril de 2017 revirtió su decisión de asumir todas las funciones del Parlamento.
A pedido de 20 países miembros el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en una sesión el 3 de abril de 2017 consideró «los sucesos recientes en Venezuela» y urgió «al Gobierno de Venezuela a actuar para garantizar la separación e independencia de los poderes constitucionales y restaurar la plena autoridad de la Asamblea Nacional». La sesión, en que solo 21 miembros de la OEA eran presentes, es considerada ilegal por Bolivia, Venezuela y Nicaragua. El 26 de abril de 2017 el Consejo Permanente de la OEA con una mayoría de 19 votos acordó convocar una reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores para considerar la situación en Venezuela. Venezuela mantiene que la convocatoria de cancilleres aprobada viola la Carta de la OEA e inició el proceso oficial de retirada de la OEA.
Source: https://es.wikipedia.org/wiki/Venezuela