⇐ Presentación

Geografía ⇒

Historia

Historia temprana

Los vestigios humanos más antiguos que existen datan de hace 150 000 años aproximadamente. Asimismo, las herramientas de agricultura más antiguas fueron halladas en Gächlingen y se estima que datan del 5300 a. C.

Las tribus más antiguas conocidas en el área pertenecen a las culturas Hallstatt y La Tène, llamada así debido al sitio arqueológico de La Tène, ubicado al norte del lago de Neuchâtel. La cultura de La Tène floreció a finales de la Edad de Hierro, alrededor del 450 a. C., posiblemente bajo influencia de las civilizaciones griega y etrusca. Uno de los más importantes grupos étnicos de la región fueron los helvecios. En el 58 a. C., las fuerzas de Julio César derrotaron a los helvecios en la batalla de Bibracte. En el año 15 a. C., Tiberio, quien más tarde sería emperador de Roma, y Druso el Mayor conquistaron los Alpes, integrándolos al creciente Imperio romano. La región ocupada por los helvecios, de donde proviene el nombre Confoederatio Helvetica, pasó a formar parte de la provincia romana de Galia Bélgica y más tarde de la provincia Germania Superior, mientras la porción este de la Suiza moderna estuvo integrada a la provincia romana de Raetia.

En la Alta Edad Media, la parte occidental de la actual Suiza formó parte del territorio del Reino de Borgoña desde el siglo IV. Los alamanes se establecieron en la meseta suiza en el siglo V y en los valles de los Alpes en el siglo VIII, formando Alemannia, y quedando el actual territorio de Suiza dividido entre los reinos de Borgoña y de Alemannia. En el siglo VI, la región entera pasó a formar parte del Imperio franco tras la victoria de Clodoveo I sobre los alamanes en Tolbiac en el año 504. Posteriormente los francos también dominarían a los burgundios.

Entre los siglos VI y VIII Suiza continuó bajo la hegemonía franca (las dinastías merovingia y carolingia). En 843, tras alcanzar su máxima extensión bajo el reinado de Carlomagno, el imperio franco fue dividido en el Tratado de Verdún. El territorio de la actual Suiza quedó dividido entre Francia Oriental y Francia Media hasta que fue unificada por el Sacro Imperio Romano Germánico en el siglo XI.

Para el año 1200, la meseta suiza pertenecía a los dominios de las casas de Saboya, Zähringer, Habsburgo y Kyburg. Algunas regiones (Uri, Schwyz y Unterwalden, después conocidas en conjunto como Waldstätten), fueron anexadas como inmediaciones imperiales para garantizar el control del imperio sobre los puertos de montaña. Cuando la dinastía Kyburg cayó en 1264, los Habsburgo extendieron sus territorios al este de la meseta suiza durante el reinado de Rodolfo I, que fue emperador del Sacro Imperio en 1273.

Antigua Confederación Suiza

La Antigua Confederación Suiza fue una alianza entre las comunidades de los valles centrales de los Alpes. La Confederación facilitó el desarrollo de varios intereses comunes (libre comercio) y aseguró la paz en las principales rutas mercantiles en las montañas. La Carta Federal de 1291, firmada por las comunidades rurales de Uri, Schwyz y Unterwalden, es considerada el documento que sentó las bases para la fundación de la confederación, aunque es probable que alianzas similares ya hubiesen existido desde décadas anteriores.

En 1353, los tres cantones originales se habían unido con los cantones de Glaris y Zug y con las ciudades-Estado de Lucerna, Zúrich y Berna para formar la Antigua Confederación de los ocho cantones que existió hasta finales del siglo XV. La expansión territorial ayudó a incrementar el poder y la riqueza de la confederación. En 1460, los confederados controlaban gran parte de los territorios al sur y oeste del río Rin hasta la cordillera de los Alpes. En 1499 la victoria de Suiza sobre la liga Suaba y la casa de Habsburgo en la Guerra de Suabia dio como resultado una independencia de facto del Sacro Imperio.

La Antigua Confederación Suiza había adquirido una reputación de invencible durante estas guerras, pero la expansión de la Confederación sufrió un revés en 1515, con la derrota en la batalla de Marignano. Esto marcó el fin de la llamada época "heroica" de la historia de Suiza. El éxito de la Reforma de Ulrico Zuinglio en algunos cantones llevó a varias guerras internas en el país entre 1529 y 1531, las guerras de Kappel (Kappeler Kriege). Ya en 1648, más de un siglo después de estas contiendas, Johann Rudolf Wettstein, como enviado de la Confederación Suiza, consiguió mediante hábiles negociaciones que las potencias firmantes del Tratado de Westfalia reconocieran oficialmente la independencia de Suiza con respecto al Sacro Imperio Romano Germánico y su neutralidad en las guerras (Ancien Régime).

Los siglos XVI y XVII estuvieron caracterizados por el creciente autoritarismo de las familias gobernantes. En 1653, esta situación, combinada con la crisis financiera traída por la Guerra de los Treinta Años, produjo el estallido de la Guerra de los campesinos suizos. Sumado a esto, permanecía el conflicto religioso entre los cantones católicos y los cantones protestantes, que entre 1656 y 1712 llevaron a violentos enfrentamientos, como la batalla de Villmergen.

Era napoleónica

En 1798, las fuerzas de la Revolución francesa conquistaron Suiza e impusieron una nueva constitución. Esta constitución centralizaba el gobierno y abolía los cantones, y tanto el territorio de Mulhouse como el valle de Valtellina fueron separados de Suiza. El nuevo régimen, conocido como la República Helvética, fue muy impopular. Había sido impuesto por un ejército invasor, destruyendo siglos de costumbres y tradiciones y convirtiendo a Suiza en un Estado satélite de Francia. La fuerte represión efectuada por Francia durante la rebelión de Nidwalden (septiembre de 1798) fue un ejemplo de la presencia opresiva del ejército francés y de la resistencia local a la ocupación.

Suiza tuvo que entrar en el bloqueo continental, lo que dañó y estimuló a su industria al mismo tiempo, y tuvo que suministrar tropas. Al principio 16 000 hombres, que se redujeron a 12 000 en 1811, pero a pesar de los incentivos ofrecidos y de las amenazas de reclutamiento forzoso, los efectivos nunca llegaron a las cifras exigidas.

Cuando estalló la guerra entre Francia y sus rivales, las fuerzas de Rusia y Austria invadieron Suiza. El pueblo suizo se negó a combatir al lado de los franceses en nombre de la República Helvética. En 1803, Napoleón organizó una reunión con líderes políticos suizos en París; el resultado de esta reunión fue el documento llamado Acta de Mediación, el cual restablecía en gran parte la autonomía de Suiza y la Confederación de 19 cantones. Desde entonces, gran parte de la política suiza se encaminaría a equilibrar la tradición de los cantones autónomos con la necesidad de un gobierno central.

En 1815, el Congreso de Viena restableció por completo la independencia de Suiza, y las potencias europeas accedieron a reconocer permanentemente la neutralidad del país. Tropas suizas sirvieron a varios gobiernos extranjeros hasta 1860, cuando pelearon en el sitio de Gaeta. El tratado también aumentó la extensión territorial de Suiza, con la integración de los cantones de Valais, Neuchâtel y Ginebra. Los límites de Suiza no han cambiado desde aquel entonces.

Estado federal

El cantón de Berna fue uno de los tres cantones que presidieron el Tagsatzung (antiguo consejo ejecutivo y legislativo) junto con Lucerna y Zúrich. La capital del cantón fue elegida en 1848 como sede de las autoridades federales, principalmente debido a su cercanía con el área francófona del país.23

La restauración del poder fue solamente temporal. Después de un periodo de disturbios con repetidos enfrentamientos violentos, como el Züriputsch en 1839, estalló la guerra civil en 1847 cuando algunos de los cantones católicos trataron de establecer una alianza entre ellos (Sonderbund). La guerra duró menos de un mes, causando menos de cien víctimas, la mayoría de las cuales se debieron a fuego amigo. La guerra del Sonderbund parece muy pequeña comparada con otros conflictos que existieron en la Europa del siglo XIX y en la historia de su sociedad.

La guerra mostró a los habitantes la necesidad de unidad para fortalecerse ante sus vecinos europeos. Suizos de todos los estratos sociales, ya fuesen católicos, protestantes, liberales o conservadores, se percataron de que los cantones progresarían más si fusionaran sus intereses económicos y religiosos.

Así, mientras el resto de Europa se encontraba en medio de revoluciones y guerras, los suizos promulgaron una constitución más moderna, la cual daba al gobierno un diseño federal, en gran parte inspirado en el modelo estadounidense. Esta constitución impuso una autoridad central, dejando a los cantones el derecho de autogobernarse y resolver cuestiones locales. Además la asamblea nacional se dividió en una cámara alta (el Consejo de los Estados de Suiza, con dos representantes por cada cantón) y una cámara baja (Consejo Nacional de Suiza, con representantes electos de todo el país). Para introducir cualquier cambio en la constitución se volvió obligatorio realizar un referéndum.

Asimismo se implantó un sistema único de pesas y medidas, y en 1850 el franco suizo se convirtió en la única moneda oficial del país. El artículo 11 de la constitución prohibió el envío de tropas al extranjero, pero hizo una excepción con los Estados Pontificios, al no considerar mercenarios a los miembros del ejército papal (Guardia Suiza). En tal sentido, en 1860 el ejército suizo fue obligado a participar al lado de Francisco II de las Dos Sicilias en el sitio de Gaeta.

Una de las cláusulas más importantes de la constitución era la que establecía que podía ser reescrita completamente si la ocasión lo demandaba, de esta forma la constitución evolucionaría totalmente en lugar de ser modificada año tras año. Esta característica de la constitución se volvió muy útil con la llegada de la Revolución industrial, cuando varios proclamaron que era hora de modificar la constitución. Un primer borrador fue rechazado por la población en 1872, pero dos años más tarde se aceptaron las modificaciones.Fue aquí cuando se introdujo un referéndum facultativo para la creación y modificación de leyes a nivel federal. También se establecieron normas que regulaban el ejército, el comercio y otras cuestiones legales. Finalmente, en 1891, la constitución fue revisada de nuevo y se implantó un inusual sistema de democracia directa, el cual sigue siendo único hasta el día de hoy.

Historia moderna

Suiza no fue invadida en ninguna de las dos guerras mundiales. Durante la Primera Guerra Mundial, Suiza dio asilo a Vladimir Illych Ulyanov (Lenin) donde permaneció hasta 1917. En 1917 la neutralidad de Suiza fue seriamente cuestionada por el escándalo protagonizado por Robert Grimm y Arthur Hoffmann, cuando intentaron pactar una tregua entre Rusia y Alemania. No obstante, en 1920, Suiza entró en la Sociedad de Naciones, la cual tenía su sede en Ginebra, con la única condición de que quedaría libre de todo requerimiento militar.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán realizó detallados planes de invasión (Operación Tannenbaum) pero nunca invadió Suiza. El país fue capaz de mantener su independencia gracias a una combinación de disuasiones militares, concesiones a Alemania y muy buena suerte en las operaciones militares que retrasaron la invasión alemana. También existieron intentos por parte del Partido Nazi suizo para anexar el país a Alemania, pero fallaron. La prensa suiza criticó duramente al Tercer Reich, insultando frecuentemente a su Führer. Suiza fue una importante base de espionaje para ambos bandos durante el conflicto, además de que a menudo actuó como mediadora en las comunicaciones entre los Aliados y las fuerzas del Eje. La Cruz Roja Internacional, con sede en Ginebra, jugó un papel muy importante durante este y otros conflictos.

El comercio con Suiza fue bloqueado por los Aliados y por los países del Eje. La cooperación económica y la ampliación del crédito para el Tercer Reich variaban según el riesgo de invasión y de la disponibilidad de otros socios comerciales. Las concesiones alcanzaron su punto máximo luego de que fuera cortada una línea ferroviaria que conectaba al país con la Francia de Vichy, dejando a Suiza completamente rodeada por el Eje. En el transcurso de la guerra, Suiza recibió más de 300 000 refugiados, de los cuales 104 000 soldados extranjeros, que fueron aceptados según los Derechos y obligaciones de los países neutrales, documento firmado en las Conferencias de la Haya de 1899 y 1907; 60 000 de los refugiados eran civiles que habían escapado de la persecución de los nazis. De estos, alrededor de 27 000 eran judíos. Sin embargo, las estrictas políticas de inmigración y asilo, así como las relaciones financieras con la Alemania Nazi, generaron controversia. Durante la guerra, la Fuerza Aérea Suiza combatió aeronaves de ambos bandos. En mayo y junio de 1940, derribaron once aviones de la Luftwaffe que habían invadido el espacio aéreo suizo, obligando a otras naves intrusas a retirarse después de un cambio de la política en las relaciones con Alemania. Más de cien bombarderos Aliados y sus tripulaciones fueron albergados durante la guerra. En 1944, los Aliados bombardearon por error las ciudades de Schaffhausen (matando a cuarenta personas), Stein am Rhein, Vals y Rafz (con dieciocho muertos), así como Basilea y Zúrich el 4 de marzo de 1945.

En 1959, las mujeres recibieron el derecho a votar en algunos cantones, convirtiéndose éste en ley federal en 1971. En 1963, Suiza se adhirió al Consejo de Europa. A finales de la década de 1970, una parte del cantón de Berna se separó y creó el nuevo cantón de Jura. En 1984, Elisabeth Kopp fue la primera mujer en el Consejo Federal Suizo y fue en 1999 cuando llegó a la presidencia la primera mujer, Ruth Dreifuss. El 18 de abril de ese mismo año, la población suiza votó a favor de una revisión completa de la constitución federal

En 2002, Suiza se convirtió en miembro de pleno derecho de la ONU, dejando a la Ciudad del Vaticano como el único Estado reconocido que no pertenece a la ONU. Suiza fue uno de los fundadores de la EFTA, pero no es miembro del Espacio Económico Europeo (EEE). Una solicitud de adhesión fue enviada a la Unión Europea en mayo de 1992, pero no prosiguió cuando el acceso al EEE fue rechazado en referéndum en diciembre de ese año. Desde entonces se han realizado múltiples referendos y votaciones sobre la entrada de Suiza en la Unión Europea, pero debido a las diversas reacciones que ha tenido la población, el proceso de obtención de la adhesión se ha detenido. Sin embargo, la ley suiza ha ido cambiando gradualmente para ajustarse a lo que la Unión Europea y el gobierno suizo afirman, a través de la firma de acuerdos bilaterales. Suiza y Liechtenstein han estado rodeados totalmente por la Unión Europea desde el ingreso de Austria en 1995. El 5 de junio de 2005, el 55 % de los votantes suizos accedieron a unirse al Tratado de Schengen, un resultado que ha sido catalogado por la Unión Europea como una señal de apoyo por parte de Suiza, un país que es tradicionalmente percibido como independiente o aislacionista.

Fuente : https://es.wikipedia.org/wiki/Suiza