Cultura / Religión
La cultura de Suiza está influida por los países vecinos, pero a través de los años se ha desarrollado una cultura distinta e independiente con algunas diferencias regionales. En particular, las regiones francófonas se orientaron más hacia la cultura francesa. En general, los suizos son conocidos por su larga tradición humanitaria, ya que Suiza fue el lugar de nacimiento del movimiento de la Cruz Roja y alberga al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. De forma similar, en la Suiza alemana están más orientados hacia la cultura alemana, aunque los hablantes del suizo alemán se identifican estrictamente como suizos debido a la diferencia entre el alto alemán y los dialectos del alemán suizo. En la Suiza italiana se percibe mayormente la cultura italiana. En resumen, una región tiene una conexión cultural más estrecha con el país vecino que comparte su idioma. La lingüísticamente aislada cultura romanche en las montañas del este de Suiza se esfuerza por mantener viva sus tradiciones no solo lingüísticas.
Muchas zonas montañosas están altamente conectadas con las culturas deportivas del esquí en invierno y del senderismo en verano.A lo largo del año, algunas zonas tienen una cultura de ocio para atraer el turismo, incluso en primavera y verano, las estaciones más tranquilas, cuando hay menos visitantes y mayor presencia suiza. Una tradicional cultura de granjas y cultivos también predomina en algunas zonas y las pequeñas granjas continúan omnipresentes en las afueras de las ciudades.
En el cine, las producciones estadounidenses conforman la gran mayoría de las carteleras, aunque varias películas suizas han tenido éxito comercial.101 El arte folclórico se mantiene vivo gracias a varias organizaciones ubicadas a lo largo del territorio nacional, donde se fomenta la música, la danza, la poesía, la talla de madera y el bordado. La trompa de los Alpes, una trompa hecha de madera, junto con el yodel y el acordeón, se han convertido en el símbolo internacional de la música suiza tradicional.
Literatura
Como la confederación, desde su fundación en 1291, estuvo compuesta casi exclusivamente por regiones de habla alemana, las primeras obras literarias están en alemán. En el siglo XVIII, el francés se convirtió en el idioma de moda en Berna y otras regiones, mientras la influencia de los aliados francófonos y otros territorios se iba marcando más que antes.
Entre los autores clásicos de la literatura suiza en alemán se encuentran Jeremias Gotthelf (1797-1854), Gottfried Keller (1819-1890) y Conrad Ferdinand Meyer (1825-1989). Los cuatro máximos representantes de la literatura suiza del siglo XX son Carl Spitteler (1845-1924) (Premio Nobel de Literatura, 1919), Robert Walser (1878-1956), Max Frisch (1911-1991) y Friedrich Dürrenmatt (1921-1990), autor de Die Physiker (Los físicos) y Das Versprechen (La promesa).
Los escritores suizos francófonos más prominentes son Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), Germaine de Stael (1766-1817) y Benjamin Constant (1767-1830). Autores más recientes incluyen a Blaise Cendrars (nacido Frédéric Sauser, 1887-1961), a Charles Ferdinand Ramuz (1878-1947), cuyas novelas describen la vida de los campesinos que habitaban las zonas montañosas, en una época decadente, a Gustave Roud (1897-1976) y a Philippe Jaccottet (n. 1925). Autores de habla italiana y romanche también han contribuido a la literatura suiza, pero de una forma más modesta.
Probablemente, la creación más famosa de la literatura suiza sea Heidi, la historia de una niña huérfana que vive con su abuelo en los Alpes, uno de los libros para niños más populares en el mundo que se ha convertido en un símbolo de Suiza. Su creadora, Johanna Spyri (1827-1901), escribió otras obras con temas similares.
Arquitectura de Suiza
El concepto de protección del patrimonio aparece en el país a finales del siglo XIX. Además, siete sitios culturales son parte del patrimonio de la humanidad: la ciudad vieja de Berna, la abadía de San Gall, el convento benedictino de Saint-Jean-des-Sœurs, los tres castillos de Bellinzona, los viñedos Lavaux, el ferrocarril rético en el paisaje del Albula y del Bernina y el urbanismo relojero de las villas de La Chaux-de-Fonds y del Locle.
Muchos castillos y fortificaciones fueron construidos en la Edad Media por las familias dinásticas, que les sirvieron tanto como residencias como de lugares defensivos, destacando el castillo de Chillon, Lenzbourg, Mesocco, Berthoud, Kybourg o los tres castillos de Bellinzone. Las villas medievales estaban fortificadas y algunas, como Morat, conservan y mantienen sus murallas. Pero en la mayoría de los casos, sólo quedan vestigios en el corazón de ciudades como Zeitturm de Zoug, la puerta de Spalen en Basilea o la Zytglogge de Berna.
Los edificios religiosos aparecen a partir del siglo VI y se construyeron conventos, monasterios, iglesias y catedrales, entre los que sobresalen la abadía de San Gall, la abadía de Einsiedeln, la abadía de San Mauricio de Agaune, la catedral de Basilea, la abadía de Romainmôtier y la catedral de Lausanne.
Hay edificios públicos, algunos que datan de la época romana, como el anfiteatro de Avenches, y también ayuntamientos, siendo el más antiguo el de Berna (1406). El ayuntamiento de Basilea (1504-1514), con sus fachadas de color rojo, es muy característico. La torre cuadrada en el patio del ayuntamiento de Ginebra (1555) es una edificación típica de la tradición renacentista francesa en piedra tallada. En el siglo XIX, se elevan nuevos edificios públicos para oficinas de correos, estaciones de ferrocarril, museos, teatros, iglesias y escuelas, como el palacio Federal, la estación central de Zúrich, el Museo Nacional Suizo, el Gran Teatro de Ginebra y la Universidad de Zurich.
Suiza tiene algunos conjuntos urbanos notable: el casco antiguo de Berna, con sus soportales, plazas y fuentes, es representativo de la ciudad medieval en Europa. Al final del siglo XIX, nacen nuevos distritos en el lugar que ocupaban las antiguas fortificaciones de las grandes ciudades, como la Bahnhofstrasse de Zurich o el Cinturón fazyste de Ginebra. El crecimiento es objeto de planificación urbana: en 1834, La Chaux-de-Fond, que fue destruida por el fuego, se reconstruyó de acuerdo a una nueva estructura urbana (véase Ensemble urbain du XIXe siècle de La Chaux-de-Fonds). A principios del siglo XX se crean viviendas para los trabajadores basándose en el modelo de la Werkbund, como la parcelación de Freidorf (1919-1921) en Muttenz, síntesis entre el ideal de la ciudad jardín y del movimiento cooperativo. En el periodo comprendido entre 1945 y 1975 se construyeron en los suburbios de las grandes ciudades nuevas ciudades satélites, como Le Lignon en las afueras de Ginebra.
Desde el siglo XV, aparecen las casas civiles de estilo gótico en piedra, por ejemplo, el Grimmenturm de la Spiegelgasse en Zurich, la casa Tavel en Ginebra, el Haus zum Rüden en Zurich, el Haus zum Ritter en Schaffhausen, el hotel de Ratzé (1583-1586) en Friburgo y la casa Serodine (1620) en Ascona. Durante el Renacimiento, se abrieron arcadas en el Ticino y en el patio del castillo de Muralto, el antiguo Palazzo Rusca, en Lugano, y el Colleggio Papio, en Ascona. En la Suiza alemana, el primer edificio renacentista fue el palacio Ritter (1556), en Lucerna.
Las casas particulares barrocas estaban ricamente decoradas con ménsulas en uno o varios pisos, como en Schaffhausen, y tenían miradores de madera o piedra, como en San Gall. Por ejemplo, el Herrenstube y el Frontwagenturm en Schaffhausen. En Zurich, se erigieron dos casas de corporaciones en piedra tallada y presentan un aspecto severo: Zimmerleuten (1708) y Saffran (1719-1723). La región occidental está más influenciada por la arquitectura barroca francesa; este estilo se impuso en la Suiza romanda a finales del siglo XVII. Se trata de verdaderas mansiones en la rue des Granges, en Ginebra, con patio de honor. También hay ejemplos de estilo rococó.
Desde 1800, se diseñaron grandes villas clasicistas como el palacio Eynard (1817-1821) en Ginebra. Más tarde, en el siglo XX aparecen algunas realizaciones arquitectónicas del movimiento Moderno: la villa Le Lac (1923) y el inmueble Clarté (1931) en Ginebra de Le Corbusier, o la Cité Halen (1957-1961) del Atelier 5, cerca de Berna, un ejemplo de casas individuales contiguas en terraza para la clase media.
La gran diversidad de espacios naturales en Suiza se refleja en la gran variedad de casas rústicas, que se construyen en diversas variedades alpinas: las Gotthardhaus ('casas del Gotardo'), de madera, que se encuentran en aislados valles de montaña del Ticino, del Valais y en los Grisones; casa valaisanne, del Valais, de madera, típica de la región del Valais y del Val d'Hérens; la casa tisinesa, del Ticino, en moellons; la casa engadinesa decorada con pinturas murales y Sgraffitems; las casas del Oberland bernés y Simmental, de madera maciza trabajada con sierra, Strickbau o en maderos cuadrados, cortados con un hacha.
En la meseta suiza, la casa bernesa, cubiertas con un enormes tejados en caballete con carpinterías decoradas con motivos esculpidos; las chaumières (cabañas) argovianas las casas à colombages de madera en la meseta oriental y en Zurich; las granjas de usos múltiples (Dreisässenhäuser) del noroeste y de la meseta romanda, construidas en piedra.
En el Jura, las granjas jurasinas tienen grandes fachadas piñón, totalmente en piedra recibidas con cal.
Las infraestructuras, como puentes y túneles, son numerosas. El puente del Diablo en el corazón de los Alpes en el camino hacia el col du Saint-Gothard o el Mittlere Brücke, sobre el Rin en Basilea, son ejemplos históricos. Muchos puentes medievales son de madera como el Kapellbrücke, en Lucerna. En el siglo XIX, se construyeron algunas puentes suspendidos de cables de acero en Ginebra (puente de San Antonio) y Friburgo (Gran puente), que en 1834, en el momento de su construcción, era el más largo de su género. Muchos puentes y túneles para el ferrocarril, como el viaducto de Landwasser, los túneles de del Gotardo y del Simplon se construyeron en el cambio del siglo XX.ca 5 El puente de Salginatobel o el viaducto de Chillon son obras carreteras del siglo XX.
Medios de comunicación
La libertad de prensa y el derecho de libre expresión están reconocidos por la constitución de Suiza. La Agencia de Noticias Suiza (SNA) transmite durante todo el día información sobre política, sociedad, economía y cultura en los tres idiomas oficiales. La SNA es la que aporta casi todas las noticias sobre Suiza, y varios servicios de noticias extranjeros colaboran con ella.
Históricamente, Suiza ha tenido el mayor número de periódicos publicados en proporción a su población y tamaño. Los periódicos más influyentes son el Tages-Anzeiger, el Neue Zürcher Zeitung (ambos en alemán) y Le Temps (en francés), pero casi cada ciudad cuenta con su periódico local. La diversidad cultural del país contribuye a la publicación de múltiples periódicos.
En contraste a los medios impresos, las radiodifusoras siempre han estado en gran parte bajo el control del gobierno. La Radiodifusora Suiza, cuyo nombre recientemente se cambió a SRG SSR, es la encargada de producir y transmitir varios programas nacionales de radio y televisión. Los estudios de la SRG SSR están distribuidos a través de las diferentes regiones lingüísticas. Los programas de radio son producidos en seis estudios centrales y cuatro estudios locales, mientras que los programas de televisión se realizan en Zúrich (SF), Ginebra (TSR), Lugano (RTSI) y Coira (RTR). Una gran compañía de transmisión por cable también permite el acceso de la población suiza a los programas de países vecinos.
Gastronomía
La gastronomía de Suiza es multifacética. Mientras algunos platos como la fondue, la raclette o el rösti están presentes en todas las cocinas del país, cada región desarrolló su propia gastronomía, coincidiendo cada zona gastronómica con las distintas zonas lingüísticas. La cocina tradicional suiza usa ingredientes parecidos a los de otros países europeos, entre otros productos lácteos y quesos como el gruyer o el emmental, producido en valles de Gruyère y de Emmental, de donde toman sus nombres.
El chocolate se ha fabricado en Suiza desde el siglo XVIII, pero ganó su reputación a finales del siglo XIX con la invención de técnicas más modernas, como el conchado y el templado, que ayudaron a mejorar la calidad de los productos. Además, otro de los grandes adelantos suizos en esta industria fue la invención del chocolate con leche en 1875 por Daniel Peter. por ello una de las tartas típicas suizas es la Tre Choklad (Tarta de tres chocolates).
El vino, principalmente blanco, se produce sobre todo en Valais, Vaud, Ginebra y Tesino. Los viñedos han existido en la zona desde la época de los romanos, e incluso se hallaron vestigios que podrían datar de fechas anteriores. Las variedades más producidas son el Chasselas (llamado "Fendant" en Valais) y el Pinot Noir. El Merlot es la principal variedad producida en Tesino.
En algunas zonas rurales como St. Gallen o Appenzell aún mantienen la tradición de consumir carne de perro
Deportes
Gran parte de los deportes más populares en Suiza son deportes de invierno. El esquí y el montañismo son muy practicados en el país tanto por suizos como por extranjeros, ya que sus cumbres nevadas atraen a alpinistas de todo el mundo. El país ha organizado múltiples campeonatos y torneos mundiales de deportes invernales, incluyendo dos ediciones de los juegos olímpicos de invierno en 1928 y 1948, ambos en Sankt Moritz. Además, en Engelberg, se celebra anualmente una de las pruebas de la Copa de Mundo de saltos de esquí.
Muchos suizos también son seguidores del hockey sobre hielo y apoyan a uno de los 12 clubes en la Liga A. En abril de 2009 Suiza fue la sede del Campeonato Mundial de Hockey sobre Hielo, por décima ocasión.
Como otros europeos, muchos suizos son aficionados del fútbol. El país cuenta con su propia selección nacional, organizada por la Asociación Suiza de Fútbol. Ha disputado ocho Copas del Mundo, siendo los cuartos de final su mejor resultado. Además ha participado en cuatro Eurocopas, donde solo en una, la Eurocopa 2016, ha pasado de la primera fase. Suiza organizó la Copa Mundial de Fútbol de 1954, así como la Eurocopa 2008 junto a Austria. La principal competición de fútbol del país es la Super Liga Suiza.
El automovilismo, el motociclismo y otros deportes similares fueron prohibidos en Suiza después del desastre de Le Mans en 1955 con la excepción de eventos como la carrera de montaña. Esta prohibición fue retirada en junio de 2007. Durante este periodo, siguieron surgiendo en varias regiones del país varios corredores exitosos como Clay Regazzoni, Jo Siffert y Alain Menu.
El ciclismo es otro deporte que también cuenta con una amplia promoción y participación. En Suiza, se celebran gran variedad de pruebas ciclistas como la Vuelta a Suiza y el Tour de Romandía, además de que el país ha sido sede de campeonatos internacionales como el Campeonato Mundial de Ciclismo en Ruta. Entre los ciclistas suizos más destacados se encuentran Fabian Cancellara, Alex Zülle y Tony Rominger.
El tenis ha cobrado popularidad en Suiza, con jugadores de la talla de Roger Federer, Stanislas Wawrinka y Martina Hingis.
Además existen otros deportes donde varios deportistas suizos han sido exitosos, como la esgrima (Marcel Fischer), el piragüismo (Ronnie Dürrenmatt), la vela (Alinghi), el kayakismo (Mathias Röthenmund), el voleibol (Sascha Heyer, Markus Egger, Paul y Martin Laciga), snowboard (Martina Weber), entre otros.
Suiza es junto a Australia, Francia y el Reino Unido, uno de los cuatro únicos países que se han hecho presentes en todas las ediciones de los Juegos Olímpicos.
Los deportes tradicionales suizos incluyen la lucha llamada Schwingen, una antigua tradición de los cantones rurales del centro del país. El steinstossen es la variante suiza del lanzamiento de peso, una competición donde se arroja lo más lejos posible una pesada piedra. Practicado entre la población alpina desde la época prehistórica, se popularizó en Basilea alrededor del siglo XIII. El hornussen es otro deporte autóctono de Suiza, el cual es una mezcla entre el béisbol y el golf y es practicado principalmente en la zona norte del país.
En Suiza se ubican las sedes de numerosos organismos deportivos, entre ellos el Comité Olímpico Internacional, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), la FIFA, la UEFA, y las federaciones internacionales de baloncesto (FIBA), hockey sobre césped (FIH), hockey sobre hielo (IIHF), voleibol (FIVB), balonmano (IHF), tenis de mesa (ITTF), esquí (FIS), patinaje sobre hielo (ISU) y natación (FINA).
Religión en Suiza
La Constitución suiza garantiza una completa libertad religiosa. Sin embargo, los cantones pueden apoyar a una o a varias iglesias con subvenciones públicas. El número de practicantes de las distintas religiones se dividía de la siguiente forma en el año 2000:
Católicos | Protestantes | Sin confesión | |
---|---|---|---|
Zúrich | 33,9 % | 30,3 % | 26,8 % |
Ginebra | 37,4 % | 13,5 % | 23,2 % |
Basilea | 25,2 % | 23,5 % | 31,4 % |
Berna | 24,5 % | 47,0 % | 12,7 % |
Lausana | 37,8 % | 27,2 % | 16,9 % |
Suiza no tiene ninguna religión de estado oficial, aunque la mayoría de los cantones (excepto el de Ginebra y el de Neuchâtel) reconocen sus propias iglesias oficiales. En todos los casos incluyen la Iglesia católica y la Iglesia reformada de Suiza que son financiadas con el impuesto eclesiástico. Estas iglesias, y en algunos cantones la Iglesia católica antigua y las congregaciones judías, son financiadas por diezmos pagados por los creyentes.
El cristianismo es la religión predominante en Suiza, dividido entre la Iglesia católica (41,8 % de la población) y varias iglesias protestantes (40 %). La inmigración ha traído el islam (4,3 %, predominante entre los kosovares y los turcos) y a la Iglesia ortodoxa (1,8 %) como las minorías religiosas más importantes. La encuesta del Eurobarómetro de 2005 anunció que el 48 % de los suizos entrevistados era teísta, el 39 % expresó creer en "un espíritu o una fuerza de la vida", el 9 % era ateo y el 4 % agnóstico. El 30 de noviembre de 2009 el 57,5 % de los suizos votó a favor de la prohibición de los alminares en el país, lo que ocasionó que se llevaran a cabo varias protestas en varias partes del mundo por parte de musulmanes.
El país ha estado históricamente dividido entre los católicos y los protestantes, con una compleja mezcla de territorios con mayorías católicas y protestantes por todo el país. En 1597, el cantón de Appenzell fue oficialmente dividido en dos para los católicos y protestantes. Las ciudades más grandes (Berna, Zúrich y Basilea) son predominantemente protestantes. El centro del país, así como el Tesino, son tradicionalmente católicos. La constitución federal de 1848, bajo la reciente impresión de los enfrentamientos entre los cantones católicos y protestantes que culminaron en la Sonderbundskrieg, define un Estado consociacional, permitiendo la coexistencia pacífica entre ambos grupos. En 1980 se votó una iniciativa para separar completamente la iglesia y el Estado pero fue rechazada, con solo el 21,1 % de la población a favor.
Fuente : https://es.wikipedia.org/wiki/Suiza